viernes, 24 de octubre de 2025

GUARDAHILOS

Meses atrás, Luca Dilda y Sofía Gómez se acercaron al museo con el propósito de donar una serie de carpetas y papeles que había sido reunida por el abuelo paterno de Luca, Alfredo, durante su actividad laboral en el ferrocarril.

La misma mañana rastreamos el nombre del abuelo ferroviario en la base de personal del archivo y, con entusiasmo, descubrimos que Ana lo había ingresado en 2018 como ‘CONTROL BBNO AYUDANTE TELEGRAFO 1957’. 

Luca nos contó que no conoció a su abuelo, quien falleció en 1981. Aunque podemos pensar que sí, que lo hizo a través de los recuerdos de su papá Aldo: por él sabe que Alfredo nació en Cremona en 1902, que fue técnico electricista de la General Electric de Suecia y que fue, justamente, por un contrato de la misma empresa que decidió embarcarse en Génova hacia la Argentina, el 6 de junio de 1930, para trabajar en la filial de Córdoba. En unas cartas que estamos traduciendo con mi familia nos enteramos que él en realidad venía a Argentina por un año, ya tenía el pasaje de vuelta, pero decidió no volver1.

Durante todos esos años las cajas estuvieron bajo el resguardo de Aldo; faltaba que Luca se animara a dar este paso y que la experiencia laboral de su abuelo, particularmente desde la Superintendencia de Señales y Telégrafos, empezara a tramarse en una memoria colectiva.


Fotos del pasaporte que nos envió Luca hace pocos días. Se siguen reuniendo fragmentos de esta historia.


MAESTRO APRENDIZ

Entre los documentos encontramos numerosos manuales y catálogos de empresas, con fotos e ilustraciones referidos a aparatos de bloqueos y de comunicación, y sistemas de señalización. Entonces pensamos… “¡Quien puede ayudarnos a comprender parte de esto es nuestro vecino Néstor Ibarra!”: ingeniero mecánico, ferroviario en los críticos años ‘80 y ’90, y docente del “Curso de aspirante a conductor” de La Fraternidad.


Cada año, junto con sus alumnos, recorre el museo y les explica sobre reglamentos y conceptos de física, mecánica y electricidad: “el curso es un estudio introductorio al funcionamiento ferroviario y entendimiento de la locomotora”. Todo esto, sin dejar de transmitir otro conjunto de nociones sobre lo que considera “una visión general del ferrocarril, detalles que son necesarios recuperar al estar en las bases ferroviarias, previas a la privatización2.

Además, una gran cantidad de dibujos propios en papeles sueltos de distintos tamaños, se entremezclaba con estos ejemplares. La mayoría lleva la firma ‘Dilda’ o la palabra ‘Cremona’. Los grafólogos sostienen que las firmas son más que garabatos para rubricar papeles y que dicen mucho de la huella de la persona; al encontrar la firma ‘Dilda’ repetidas veces asegurarían que Alfredo o tenía mucha confianza en sí mismo o un fuerte amor por los vínculos familiares.

Un día Néstor llegó al museo para encontrarse con todos estos documentos que le habíamos comentado: “este hombre se dedicaba a la comunicación, a reparar los aparatos de comunicación. Él trabaja en telecomunicaciones; lo que debe haber sido en ese momento, el puesto el común, se le decía guardahilos, él hacía que todos esos aparatos anduvieran y esto probablemente sea de eso. Se ha hecho sus propios diagramas también3.



Completan este conjunto de documentos planos de conexiones de tendido de hilos que cruzan las vías, una libreta de diagramas sobre el funcionamiento del telégrafo, dos itinerarios de Trenes generales de FCGR, el libro Los ferrocarriles británicos en la República Argentina, la guía turística ‘Rumbo al Sud’ temporada 1946/47’, un suplemento de Electrificación de los Ferrocarriles Argentinos, una carta a la Superintendencia de Señales y Telégrafos (FCS) para solicitar la instalación de línea telefónica e/Juancho y Madariaga, planillas azules referidas a tareas en la zona de Villa Domínico y correspondencia que Alfredo Dilda recibió de la empresa General Electric el 28 de abril de 1955. 

GALGUEAR

Con Néstor, a la vez, pudimos conocer aspectos de Alfredo como electricista por fuera del ferrocarril. Encontramos dibujos de esquemas de radio y televisión; recortes de revistas sobre el funcionamiento de amplificadores; y catálogos de wincos, fonógrafos, estéreos y receptores.

Julieta: Esta carpeta dice ‘lavadoras’, se ve que también aparece el rubro de la electrónica o reparación de electrodomésticos.

Néstor: Son papeles para mirar dibujos, ¿qué le pasa a los técnicos? te interesa un tema, probablemente sea una cuestión particular o no te alcanza la guita, tenés que salir a hacer otra cosa y me las rebusco, pero lo tengo que mirar, lo conocía y sabía el tema, eso es para mí, lo que yo veo es una ampliación a otra actividad que lo obligaba a estudiar un poquito de todo esto. Mi papá también era ferroviario, y si te digo la expresión “galgueada”, ¿sabés de lo que hablo?

J. No.

N. Los galgos son perros flacos, yo creo que es eso, no tiene que ver sólo con el ámbito ferroviario, en una galgueada la pasamos mal, cuesta comer, un término de esa época4.


A través del lunfardo, recuperamos otra forma de expresar necesidades que continúan en las familias trabajadoras del país. Entre las memorias ferroviarias de Dilda e Ibarra y este presente, algunas privaciones se vivencian como algo en común. De lo que no nos privamos es de alegrarnos por haber podido conectar algunos hilos de la vida de Alfredo, por mucho tiempo guardados, con otras experiencias.

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1. Entrevista a Luca Dilda realizada por Julieta Ortiz de Rosas. Archivo Ferrowhite, 24/2/25 

2. Entrevista a Néstor Ibarra realizada por Ana Miravalles. Archivo Ferrowhite, 13/4/2016

3 y 4. Entrevista a Néstor Ibarra realizada por Julieta Ortiz de Rosas. Archivo Ferrowhite, 25/4/25


jueves, 14 de agosto de 2025

EL MUSEO, NUESTRA CASA

 Basta habitar este mundo para que los peligros y los miedos se nos parezcan por delante.

Cuando pensamos en los espacios culturales como refugios es porque vemos en ellos un lugar donde quedarnos un rato para recobrar fuerzas o quizás darnos cuenta de que no las habíamos perdido.

Las derivas y los cambios desafiantes de la vida muchas veces nos dejan sin aliento. Las instituciones donde las culturas se dan la mano tienen la capacidad para volverse fuego cálido en medio de la noche más oscura1.


La inundación del 7 de marzo dejó a la ciudad devastada en casi un 70% de su geografía, 18 personas fallecidas e infinitas pérdidas materiales. En una serie de crónicas virtuales, nuestro compañero Jorge Cascallar se refirió a Bahía Blanca como “ciudad herida” y a la idea de que, si bien en un comienzo el agua mostró una suerte de "espejismo de igualdad", la reconstrucción siempre resulta dispar. Algo similar manifestó Ale Gallardo, vecina del Bule, cuando volvimos a encontrarnos: "la inundación entró en las casas de los pobres y en las casas de los ricos".

Entre la noche del viernes 7 y el lunes 10 de marzo, 240 personas encontraron en el museo un lugar seguro en donde secarse, acampar, cocinar, repartir ropa, dar y recibir contención. El Prende, el parque del castillo y el camino de acceso fueron de los pocos lugares del Bule que no se inundaron y fueron transformados, repentinamente y a fuerza de acción cooperativa, en puntos de evacuación. 

Esta reconversión del museo fue llevada a cabo por un grupo de vecinxs en coordinación con nuestra compañera Yesica; lo llamativo fue que la mayoría desconocía que del otro lado del puente La Niña se encontraba el museo. Debieron abandonar sus casas y el Club Huracán cuando el agua lxs corría:

¿A dónde vamos? Estábamos todos en el medio de la ruta, entonces lo que hago es sacar a la gente a hablarles y decirles que tenía la llave del Prende y que podía abrir mi lugar de trabajo, la respuesta de todos fue que sí, así que hicimos un caminito con los colchones y con los chicos, ingresamos al Prende, se encontraron con el lugar seco, grande, teníamos leña acopiada que nos sirvió para secarnos la ropa, armamos una linda fogarata, agarramos los bancos e hicimos una ronda y pudimos estar acobijados. (Yesica Peluffo)


PRENDE COMO REFUGIO 

Durante el regreso progresivo, junto al Centro de Salud de Ingeniero White, organizamos una serie de encuentros que llamamos “El museo, nuestra casa”. Entre la alerta y la advertencia, entre lo urgente y lo emergente, dábamos cuenta de cambios tanto en nuestro trabajo como en nuestra comunidad de referencia. Muchas cosas habían tomado otra forma. Nos preguntábamos si acaso el agua algo había arrastrado hacia nosotrxs, especialmente, porque se oía por todas partes "perdí todo, el agua nos llevó todo, me fui con lo puesto".

Fueron encuentros en los que decidimos no planificar al detalle su contenido, las actividades, etc… Tampoco considerábamos que era momento de retomar los proyectos como si nada hubiese sucedido o ponernos en movimiento con algún hacer en concreto. Por el contrario, la intención fue entrar en el ritmo de las personas, respetar los tiempos, caminar al lado. 

El sentido pasaba por reencontrarnos, conocer a las personas que se habían resguardado en el museo y sus relatos, porque en la acción de escucharse, el dolor puede transformarse en palabra y aprendizaje; trayendo a Jorge una vez más: “reconstruir una ciudad no es solo levantar puentes y calles, sino también sostener la voz de quienes vivieron la catástrofe y acompañar el proceso de elaborar aquello que el agua rompió”.

Cada quien tomó la lámpara y la encendió cuando sintió hacerlo. Escuchamos a vecinas como Romina que no conocía de la existencia del Prende y que confió en la comunidad de vecinxs que se reunió en lo imprevisto de la emergencia y ante lo que consideraron "un vacío de respuestas por parte de las autoridades". Se apoyaron en la comunidad que se conformó, justamente, cuando las personas entraron en relación.

Otra vecina, Brenda Casabona, que es socorrista de una pequeña brigada y fue convocada para ayudar a las personas evacuadas, agregó esto otro: 

“este lugar realmente fue un refugio para la gente, me hubiera gustado que las capacitaciones lleguen al barrio, es muy necesario que la gente sea consciente de cómo funcionar en esas situaciones o en otras porque ya nos afectó el viento, el agua, estas cosas van a seguir sucediendo tristemente, en el plazo de un año y medio tuvimos dos catástrofes, es una pena que la gente no haya estado preparada para tener mínimo un bolsito o kit de emergencia " 

Lo que trae Brenda nos hace revisar cómo actuamos y cómo podemos prever ciertas cosas como comunidad. Aprendimos que la preparación de la comunidad es una medida preventiva elemental. Esta toma de conciencia se habilita en estos encuentros y en las capacitaciones que siguieron, pero es aún más valioso cuando surge desde lxs propixs vecinxs, sin que eso implique olvidarse de exigir políticas en otro nivel.

Con la emoción en el cuerpo de quienes pudimos contarlo, el encuentro se fundió en un abrazo caracol espontáneo y en el mensaje de Silvia a "imaginar lo que quieran" en un comienzo de año excepcional: ¿cómo reversionamos lo que tenemos?, ¿a qué seguimos apostando?, ¿cómo encontramos un sentido comunitario a las pulsiones singulares? 

El segundo encuentro versó sobre una iniciativa del grupo de vecinxs que se evacuó en el museo y quería llevar a la banca 25 del Concejo Deliberante la designación de Ferrowhite como un punto de evacuación “ante accidentes ambientales y catástrofes climáticas”. El descontento social estaba detrás de esta idea, que fue acompañada por marchas, cortes de acceso al puerto y abrazos simbólicos. Este conjunto de acciones influyó en el nombramiento de un nuevo delegado municipal.



Desde adentro del museo, implicó revisar en qué lugar nos ubicamos en el juego –siempre dinámico– de 'lo comunitario': actualizar roles y las tareas de cada quien, las herramientas fabricadas y las que hay que inventar, y dimensionar, por otra parte, la referencia barrial que tiene el museo y el Prende, como el espacio que encontraron lxs vecinxs para mantenerse a salvo.


¿CÓMO SEGUIR?
Los encuentros que siguieron se vincularon con el proyecto de las huertas agroecológicas; con Silvina Bracamonte del INTA aprendimos sobre “suelos afectados por la inundación y posibles alternativas de cultivos de hortalizas en recipientes”. Fue conocer una contracara de la inundación: "con la humedad que hay y el clima templado de abril y mayo, la naturaleza está radiante en Bahía Blanca". Comprendimos que el suelo es un gran banco de semillas y hay brotes de plantas por todos lados. “Es conveniente dejar pasar el otoño antes de sembrar. Esperar el ciclo. Que nazca lo que nazca, con su cobertura vegetal natural”, nos sugirió Silvina. Palabras que ayudan a atravesar desde otro lugar lo vivido.

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Referencia:

1. Pugliese, M. Jarolavsky, S. y González de Langarica, F. (2022) Paisajes para habitar. Urbe gráfica editorial.

martes, 3 de junio de 2025

LOS RECORRIDOS DE RAMÓN

Por Silvia Gattari

A finales del año pasado, para las Jornadas de educación por el arte organizadas por el Instituto vocacional de las artes 'Manuel José de Labardén', escribí este texto como un modo de presentar a la comunidad y el territorio en donde trabajamos y lo que allí hacemos. Mi intención es recuperarlo junto a ustedes, en este seminario de Mediación Cultural del cual Ronda Cultural nos hace parte y actualizarlo con una serie de encuentros que hicimos en el Prende después de la inundación en Bahía Blanca el pasado 7 de marzo y que decidimos llamar El museo, nuestra casa.  

Éstas son las huellas que deja Ramón en el barro, el perro de lxs vecinxs, cada vez que acompaña a lxs chicxs hasta el PRENDE. Este es el barro de por acá, quisimos compartirlo porque nos parece que el recorrido podría empezar así, siguiendo a Ramón.



Este es el camino que recorre para llegar al castillo y ésta es nuestra tierra, la tierra de donde venimos, la tierra de Ingeniero White, de este territorio que venimos a compartir. Éste es el barrial salitroso y arcilloso de uno de los barrios más cercanos al museo, tierra que tenemos en común y donde vive la mayoría de las familias que son parte del PRENDE. 

Estamos ubicados a muy pocos metros de una costa que alguna vez supo ser playa, balneario popular, antes del asentamiento del polo petroquímico que comenzó por la década de los años 70, y una costa que también a pocos metros tiene uno de los puertos más grandes de la Argentina, privatizado y transnacionalizado durante la década de los 90. 

Desde donde está tomada la foto, desde este barrio que todxs pisamos, atravesamos, nos bajamos del único colectivo que llega hasta acá, lo que más resalta en el paisaje es un imponente castillo en ruinas, lo que fue la usina eléctrica Gral San Martín, cerrada a finales de los años 80 y desguazada diez años más tarde. En el año 2004 fue declarada patrimonio provincial y nacional. 

 Ahí justamente, es donde habita el PRENDE

Es que para compartir un poco del PRENDE es necesario contarles que traemos a este territorio pegado en el cuerpo, que estamos impregnadxs con este barro, que nos es común. Que ya nos resulta familiar y rico el olor ácido del cereal fermentado al sol y que podemos distinguir entre el olor de la marea baja y la alta. Esos olores que se meten en las casas de Ing. White así como en el museo y en el PRENDE. 

Pero volvamos, les habíamos propuesto un recorrido siguiendo a Ramón, al perro del vecino, así que sigamos viaje. Viniendo desde el barrio o desde el barro, sólo tenemos que cruzar la ruta y tomar el camino de acceso al complejo ex usina Gral San Martín. Atravesamos el portón de hierro negro y el primer espacio que aparece es el museo, ahí tenemos que hacer otra parada porque para contar el PRENDE es imprescindible hablar del museo Ferrowhite así que acá nos metemos un poquito. 


Pero antes de continuar contarles sobre la foto que está en pantalla y nombrar a quienes allí figuran, de izquierda a derecha: Pietro Morelli, Mario Mendiondo, Osvaldo Ceci, Hugo Llera, Manuel Montes y Pedro Caballero. La foto fue tomada en 2006, durante la presentación del documental “Nadie se despide en White”.  Todos, trabajadores ferroviarios que, en los inicios de la historia del museo FW, allá por el 2004, fueron piezas claves en la recuperación de objetos, documentos, fotografías y herramientas de la historia del ferrocarril en BB y la región. Lo hicieron en el contexto de la privatización de la empresa estatal Ferrocarriles Argentinos, a comienzos de los años ‘90, con la intención de que sus experiencias e historias no pasen al olvido; las piezas recuperadas conforman la colección que se cuida y exhibe en el museo. A la vez, la necesidad de comprender el patrimonio que recibíamos, nos llevó a preguntarles: ¿qué eran esas herramientas, cómo se usaban, cómo era un día en el taller? Y de activar la memoria a partir del hacer concreto: como un libro, una balsa, una obra de teatro, una maqueta, un encuentro con un grupo escolar… 

Como imaginarán el vínculo a partir del trabajo comunitario ha sido imprescindible, natural para rearmar, para conocer y dar cuenta de la historia y memoria del trabajo en el ferrocarril, el puerto y las usinas. Pensamos que los museos tienen que ver con la vida, como dice el museólogo social de Brasil Mario Chagas, “con el juego de la vida” porque son las personas y las comunidades que lo habitan las que marcan los rumbos. En este sentido, el relato que sigue se relaciona con una segunda etapa de la historia de FW, con una comunidad emergente cuya conformación la vemos relacionada con la recuperación de un espacio dentro de la ex usina Gral. San Martín, donde se relocalizó el taller Prende. 

Pero andábamos siguiendo a Ramón y quiere salir rápido, a él lo que más le gusta es el parque que tenemos así que salgamos del museo. Nos metemos en un jardín con enormes canteros repletos de rosales y malvones, barba de chivo, aguaribays, palmeras, palomas, benteveos, calandrias, horneros, chimangos, hormigas y avispas.


Ubicado ahí, exactamente enfrente del museo, detrás de ese parque, unidos por vías, y con una playita como patio lateral, está el castillo, la vieja usina Gral. San Martín que por más de 50 años dio energía a la ciudad y la región. 

En esa usina es donde habita el PRENDE. Acá es hasta dónde Ramón quería llegar para echarse un rato. 

¿QUÉ ES EL PRENDE? 

Para empezar podemos contarles que deviene de un pequeño taller de serigrafía que en el 2008 destinamos a producciones institucionales. 

Poco después fue un espacio de capacitación en el oficio para un grupo de adolescentes y, como los proyectos del museo se modifican, cambian según las vidas de las personas que lo habitamos, en el año 2015 comenzó un nuevo proceso de trabajo comunitario, relacionado con la recuperación de una de las áreas del castillo, sala de los transformadores, 300 m cuadrados que llamamos PRENDE.

Es ahí donde conseguimos abrir y potenciar aquella idea inicial del pequeño taller de serigrafía. PRENDE es el nombre de todos los talleres y también es el nombre del espacio físico en el que suceden. Es un espacio de trabajo compartido siempre y de encuentro, que construimos diariamente con lxs vecinxs de los barrios cercanos al museo, es por eso que se hace tan difícil estar acá sin Gisela, Graciela, Male, Caro, la Titi, Estelita, Cartucho, Ariel, Isa, Gaby, Bele, lxs Ortega, lxs Turina, Martín, Lara y así podemos seguir... El PRENDE somos con ellxs.



Volviendo a Mario Chagas “Los museos son eso, más aquello, más otra cosa y otra y otra. Están definidos por lo múltiple, por formas múltiples”. Definirlo se hace muy complejo porque es un espacio abarcador de muchísimas acciones y en el que los vínculos y los intereses se profundizan, complejizan y se ramifican como un rizoma, armando un tejido que nos sostiene, nos abriga y nos permite pensar que ese espacio es el lugar de lo posible y de lo que puede salirnos no tan bien. 

En el PRENDE circulan desde la propuesta de talleres que el museo ofrece a la comunidad en forma gratuita, talleres de serigrafía, moldería y costura, exploraciones plásticas para chicxs, imprenta tipográfica, huertas familiares, jornadas de distribución de verduras, capacitaciones en conservas, lombricultura, cultivo de plantas aromáticas, hasta cría de gallinitas ponedoras, jornadas de producción de salsas de tomate, organización de bingos, venta de empanadas, tallarinada con lxs vecinos, elaboración de repelentes, ungüentos y aceites naturales para la salud, fábrica de macetas y baldosas de diseño, construcción de horno y estufas de barro, cajones de cultivo y estanterías para el taller, propuestas para las infancias en vacaciones de invierno, viajes de intercambio con otros barrios, junto con un montón de otras cosas. 



El PRENDE es una apuesta de Ferrowhite, un proyecto del museo, que allá por el 2015 decidió, simbólicamente y no tanto, abrir la puerta, nada más y nada menos que del castillo, para que el barrio pase, entre, se quede y salga, siguiendo su propio ritmo. 

Fue una clara demostración de deseo y confianza y por esos caminos creemos que seguimos andando.




jueves, 20 de marzo de 2025

EL PASADO EN PRIMICIA: LAS INUNDACIONES EN BAHÍA BLANCA


El 25 de marzo de 1884, justo un mes antes de la llegada del tren, el arroyo Napostá desborda y Bahía Blanca se inunda. Lo mismo había sucedido el año anterior, obligando a posponer la inauguración de la línea. Estevan Ricard, un ingeniero norteamericano al servicio de la empresa de capitales británicos Ferrocarril Sud, propone por entonces una solución al problema.

Imprevisibles, otras grandes tormentas ocurrieron desde entonces. A pesar de ello, el canal que imaginó Ricard tardaría 67 años en realizarse y, tras su inauguración, 74 en desbordarse a causa de lluvias de una intensidad sin registro.

Aunque la catástrofe del último 7 de marzo se nos impone como un hecho excepcional, no es la primera vez que Bahía Blanca se inunda. Sucedió en 1883, 1884, 1908, 1911, 1914, 1923, 1925, 1933, 1940, 1944. Nuestros desafíos, de cara al porvenir, dialogan con los de nuestros vecinos de antaño.

El pasado en primicia / 3: 
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