Viviana Padellaro ingresó en Talleres Bahia Blanca Noroeste en noviembre de 1978, dos años y medio despues que su padre, Alberto Padellaro, mecánico del Galpon de Ingeniero White muriera como consecuencia de un accidente en una locomotora. Trabajó allí durante 14 años, hasta el 30 de marzo de 1993, en la secretaría del taller.
Toda la correspondencia que llegaba con el tren de la mañana en las consabidas sacas de cuero era clasificada y preparada por ella en los escritorios de los jefes. Ella volcaba en un único informe semanal o mensual, todos los informes que regularmente entregaban los supervisores de cada una de las secciones del taller. Todos los legajos de personal y expedientes de trabajos del taller pasaban por su máquina de escribir y por sus manos: cartulina, maderita, y ganchos para ir archivando cada papel (licencias, cambios de categoría, notificaciones) de cada uno de quienes trabajaban alli, y cada planilla referida a cada trabajo de los que se realizaban en el taller. En su oficina, Viviana disponía de un mueble para tener a mano las carpetas usadas con mas frecuencia, los formularios y las planillas en blanco, y los materiales de oficina.
Y detrás, tambien bajo su responsabilidad, el sancta sactorum del Taller, el archivo: una habitación sin ventanas, con estantes de madera gruesísima, de pared a pared, y del techo al piso, estantes y estantes, y al frente puertas corredizas, con todos los expedientes que ya estaban cerrados y los miles de legajos personales de miles de obreros.*
(Ciertas leyendas refieren también -pero no Viviana, desde ya- que, muchos años antes de que ella llegara a esa oficina, hubo en ese archivo un suicidio con arma de fuego, que lo usaban a veces los jefes administrativos para "entrevistar" a algun empleado discolo o que hubiese cometido algun error grueso en su tarea, y también que en una época en que eso podia ser considerado una transgresión, aprovechando la oscuridad reinante y la ubicacción recóndita de ese cuarto, un par de espectadores VIP se hacían proyectar películas subidas de tono. )
Viviana, aún durante los años que trabajó en Talleres, se dedicó a la docencia; actualmente es orientadora educacional en la escuela 13, de Ingeniero White.
* Cuando le cuento lo que me contaron, que todos esos legajos fueron quemados en el horno de la herrería, casi se muere. Y me dijo: el último día que estuve ahí, en marzo de 1993 pensé: ¿qué irán a hacer con todo esto?
Muy bien tia vivi, ahora sos famosa!
ResponderEliminarEste mensaje lo dejó Raúl Foresi en Facebook:
ResponderEliminarQue secretaria que fue Viviana, de entrada contó con la escuela de Osvaldo Danei y luego se afianzó llegando a dejar bien alto los prestigios de los ferroviarios whitenses.-