lunes, 28 de noviembre de 2011

OSVALDO CECI

Esta mañana falleció Osvaldo Ceci, ferroviario, militante político, vecino de Ingeniero White, amigo fundamental de este museo. Desde Ferrowhite, un abrazo a toda su familia.  





Osvaldo, en el centro de la foto, junto a Manuel Montes, Pedro Caballero, Ana Miravalles, 
Hugo Llera y Adolfo Blasco, durante la presentación de "Ferroviarios. Sinfonía de acero y lucha."  



A principios de 2007 Ana Miravalles escribió en "Un documental en vivo", el blog del proyecto de teatro documental Archivo White: 
  
QUÉ SIGNIFICA ACTUAR    



Osvaldo Ceci no faltó a ningún ensayo. Y cada vez que hablaba, su voz potente resonaba en todo el museo. No sólo en los ensayos, durante Nadie se despide en White, entre la sirena de los bomberos, la bocina de locomotora, los aplausos que venían de un lado u otro, y el público que iba y venía, el relato de Osvaldo se escuchaba en todo el taller. El era el jefe, en el galpón. Por eso, cuando vió a sus compañeros de cartel dijo: “ah, casi podemos armar un turno” 
  

Osvaldo no se queda atrás a la hora de contar anécdotas:
“Resulta que a todos no los conocés, viste, mando dos de aguateros, para dar 24 mil litros de agua... el que esta arriba abre la puertita, pone la manga, y le dice al otro: que, que, abrí el grifo, que, que ya está... Y el otro de abajo le dice: que, que no me hagas burla, que, que es una enfermedad lo que tengo, entonces el otro de arriba le dice: que, que entonces estamos los dos enfermos. Claro, ¡eran los dos tartamudos!”

Escucha los elogios a su rectitud, solidaridad y coherencia, y cuando Mario Mendiondo cuenta que una vez, uno al que le decían el mejicano, lo provocó tanto a Ceci que terminaron los dos a las trompadas en el abanico, “se cagaron a trompadas, pero una paliza, porque caían los dos, eh, dos guapos, eran”; y, que él, el capataz, terminó, y siguió su trabajo como si nada y que si hubiera informado, lo echaban a este mejicano, Osvaldo responde con modestia: había estudiado derecho romano, seguridad en el trabajo, y todo, y no podía cometer una barbaridad, pero... a veces uno se deja llevar por los nervios.

A lo largo de su vida Osvaldo ha hablado muchas veces en debates públicos, en asambleas sindicales y actos políticos; ha formado parte de comisiones vecinales muchas veces, y sabe manejar perfectamente los tiempos de la oratoria, los énfasis y las pausas; y sabe también que toda ocasión, incluso una “obra de teatro”, un “documental en vivo” tiene que servir para decir la verdad. El 16, un rato antes de empezar, nos hizo llegar un volante en el que, en una carta abierta que escribe en adhesión a la lucha contra las papeleras analiza la situación de White después de los escapes de cloro y amoníaco de 2000 y 2001, y que termina diciendo:


Aún no está escrito que no se pueda ganar.

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