martes, 23 de septiembre de 2014

YO CANTO PORQUE ME GUSTA

El próximo domingo, a la hora del té, vuelve "¿Lo decimos cantando?", el ciclo que reúne en La Casa del Espía a los alumnos del taller de canto de la Asociación La Siempre Verde bajo la dirección de su maestra, la pianista Sarita Cappelletti. En esta oportunidad, nos acompañarán Brigadil Barrientos Villanueva, Marcela Rama, Estela Correngia, Perla Rodriguez y los hermanos Paola y Marcelo Castorani.
 

En las tablas mejor que en casa
Los seis protagonistas del próximo “¿Lo decimos cantando?” llegan con la experiencia de haberse hecho escuchar en el Café Histórico y en la tanguería El Motivo. El menú que ofrecen es de lo más variado: chacarera, tango, balada y ¡reggae mexicano!
Marcela, peluquera desde hace quince años, no le tiene miedo al escenario:

“Las interpretaciones me salen mejor en el escenario que durante los ensayos. Una vez que estoy sobre ahí, digo 'y, si llegamos acá, ¡vamos a hacerlo bien!'. El escenario es otro plano para mí, no me agarran temores ni el miedo de olvidarme la letra, me siento como fuera de mí. Empecé cantando tangos y, no sé cómo, fui armando un repertorio de melódicos en inglés, portugués e italiano”.

¿Qué querés ser cuando seas grande?
Brigadil recuerda que su sueño de trabajar como artista comenzó durante sus años de escuela en Osorno –ciudad al sur de Chile–. Y parece que en White, empiezan a cumplirse…

“Yo siempre cantaba pero para mí, desde joven que ando por la calle cantando. Viste que en el colegio te preguntan: ‘¿Qué querés ser cuando seas grande?’, y yo respondía ‘cantante’. Después me daba risa y vergüenza, pero ahora de grande se me han ido dando las cosas como en un sueño. Y cuando me ven pasar, los chicos de la Casa del Niño me gritan: ‘¡Brigadil, shhhhhh!’, pero cuando no canto, me preguntan: '¿Te sentís bien, Brigadil?'”.

Sacar de adentro
Paola, ama de casa y estudiante de la escuela de Artes Visuales, hace hincapié en la capacidad que tiene el canto para acercar a las personas. Eso es lo que siente que generó entre ella y su hermano Marcelo. En el espacio del taller, ambos pudieron, en cierto modo, "reencontrarse":

“Una tiende a estar para adentro, eso Sarita siempre lo marca. Con mi hermano Marcelo nos hemos soltado mucho desde que participamos del taller; además, nos permite pasar más tiempo juntos”

La fiesta
“Seguimos llevando la misma vida. La diferencia está en que ahora vivimos con una expectativa porque el martes hay ensayo. Tenemos expectativas de que el taller siga y de realizar nuevas presentaciones. Esperamos el taller como quien espera una fiesta”.

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