martes, 14 de marzo de 2017

NO ESTAMOS A LA SOMBRA

El miércoles 8 volvimos a salir a la calle. Con La Manifiesta y una mesa de serigrafía portátil nos fuimos a la Plaza Rivadavia para participar del Paro Internacional de Mujeres.
 

Cuando pensamos en la historia de este puerto, solemos evocar un mundo de varones. Hablamos de los maquinistas de locomotoras, los estibadores de bolsas, los mecánicos de los talleres ferroviarios y los pescadores artesanales. Pero ¿acaso no hay historias de trabajadoras en Ingeniero White?

La riqueza que aquí se produjo, o que por aquí circuló, fue también posible por la explotación de bolseras, peladoras de camarones y prostitutas y, a su vez, por la labor de las que se ocuparon, sin percibir una remuneración a cambio, de las tareas del hogar y del cuidado de los  hijxs mientras aquellos varones salían a trabajar. El capitalismo profundizó las estructuras patriarcales, devaluando nuestros salarios en comparación con el de los hombres y responsabilizándonos de las tareas de cuidado que aseguran la reproducción de la vida y garantizan la producción de los bienes y servicios en la sociedad. Las mujeres sufrimos así una doble explotación por el trabajo no remunerado que hacemos en la casa. Casi 9 de cada 10 mujeres participan en actividades del hogar, mientras que sólo 5 de cada 10 varones lo hacen. El cuidado de lxs hijxs tiene que ser una tarea social porque terminamos explotando a otras mujeres. Revalorizar, redistribuir y sociabilizar las tareas de cuidado es un gran paso para garantizar sociedades más justas.


A medida que íbamos ordenando estas ideas, a Malena y a Silvia se les ocurrió invitar a las mamás de lxs pibxs del taller Prende a compartir un mate y conversar sobre estos temas. Así nos dimos un tiempo para escucharnos y conocer por qué el 8 de marzo es el Día de la Mujer Trabajadora y por qué a medida que pasa el tiempo la efeméride va tomando un sentido más político (¡este 8 de marzo, no quiero flores ni bombones, quiero derechos!). Al mismo tiempo, analizamos la fecha desde la propia experiencia: cómo la vivía cada una, si era un día importante en el calendario y de ser así, de qué manera lo celebrábamos. Escuchamos la editorial #Yo me hago cargo del escritor Andrés Casciari para reflexionar sobre cómo se reproducen los estereotipos de género en la infancia y al interior de las familias, con la intención de animarnos a hablar del tema y compararlo con nuestras realidades. Así se nos pasó la mañana conversando sobre problemas con lo que convivimos por nuestra condición de mujeres como la falta de apoyo de la Justicia en situaciones de violencia o las malas condiciones laborales. Muchas de las que allí estábamos tenemos, por ejemplo, trabajos no registrados.

También se escucharon voces que no hicieron tanto hincapié en los problemas pendientes de esta sociedad patriarcal, si no, por ejemplo, en la fuerza que nos caracteriza y en la importancia de ser solidarias entre nosotras. Fue así como Yesica dijo: “chicas: tranquilas, no estemos tan pendientes de los varones, que nosotras no estamos a la sombra de ellos”. El final de la frase nos impactó. “No estamos a la sombra” era una buena consigna. Así que decidimos multiplicarla. La revelamos en un shablón y, al otro día, volvimos a juntarnos para para fabricar las 75 pecheras que llevamos a la plaza.




La tarde del 8 de marzo diluvió en Bahía Blanca y, lamentablemente, las calles inundadas del Boulevard impidieron que muchas vecinas pudieran acercarse a la plaza. Pero así y todo, guarecidas en el ingreso a la Municipalidad, invitamos a imprimir pecheras que muchas otras mujeres se llevaron puestas. Y cuando la tormenta cesó, con locomotora y manifiestos, marchamos juntas.


Organizaciones feministas, partidos, sindicatos, colectivos de artistas, centros de estudiantes, cooperativas recuperadas y manifestantes autoconvocadxs se movilizaron por las calles bahienses para apoyar la lucha de las mujeres. Una cuadra y media llena de banderas, tambores, pancartas, paraguas, carteles hechos en casa y fotos de Micaela Ortega y Katy Moscoso demostraron la preparación para ese día. Las numerosas causas de la huelga internacional fueron plasmadas en un documento que las organizadoras leyeron en las escalinatas del palacio municipal. Entre ellas figuraban la desaparición del trabajo precarizado y de la brecha salarial que hoy en Argentina llega a un 27%; el rechazo a la violencia simbólica que ejercen los medios de comunicación a través de la cristalización de los estereotipos de género; y la denuncia a la violencia machista que produce muertes por abortos clandestinos, desaparecidas por el negocio de la trata y femicidios, mujeres asesinadas por el sólo hecho de serlo.


El movimiento de mujeres está avanzando sin pausa pero con prisa, al punto de organizarse en más de 40 países bajo la consigna “si nuestras vidas no valen, produzcan sin nosotras”. ¿Por qué un museo participa de un paro de mujeres? Como museo creemos que nuestra tarea no transcurre solamente puertas adentro sino que también se construye afuera, junto con otrxs. La ocasión nos permitió ponernos en sintonía con lo que estaba pasando en la ciudad y en otros lugares del mundo y, a la vez, consolidar el trabajo cotidiano con las familias del Prende.

 


* Se agradecen los aportes de María Julia Eliosoff y Analía Bernardi. 

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