jueves, 11 de diciembre de 2008

UN DOCUMENTAL EN VIVO EN EL MUSEO TALLER

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Como si fuera una locomotora que acabamos de alistar, ya tenemos preparada esta nueva obra de teatro documental.

La bomba de vacío de la locomotora Baldwin Lima Hamilton recuperada.
Los objetos y los artefactos de Pedro Caballero.
Las herramientas que comparte con sus compañeros del galpón de máquinas, Hugo Llera, Manuel Montes y Pietro Morelli.
La experiencia de hacer "documentales" en vivo de Natalia Martirena, Marcelo Díaz y Vivi Tellas, que son quienes dirigen esta obra.
La presencia constante del director de este museo-taller, Reynaldo Merlino, y de todo el equipo de Ferrowhite.

martes, 2 de diciembre de 2008

1 DE DICIEMBRE: "Concentráronse 4000 ferroviarios en la plaza..."


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Hace 50 años, el 1 de diciembre de 1958, 4000 mil ferroviarios se concentraron en la Plaza Rivadavia para marchar por Avenida Alem hasta el Regimiento donde terminaron detenidos.
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LNP 2-12-1958
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No hay ferroviario que no recuerde esta historia, sin conmemoración oficial, sin monumento. ¿Qué fue lo que pasó hace exactamente cincuenta años?
En noviembre de 1958 la Unión Ferroviaria fue a la huelga para exigir un pago que se les adeudaba; la respuesta oficial, fue declarar ilegal la huelga y “movilizar” al personal ferroviario, es decir, “aplicar el procedimiento militar establecido para tiempo de guerra”. Con los galpones, talleres y estaciones ocupados por la marina y el ejército, y con un tribunal castrense en la Base Naval Puerto Belgrano con facultad para juzgar a los ferroviarios que no acataran el decreto de movilización, los obreros de la Unión Ferroviaria de Bahía y White decidieron “presentarse” ante las autoridades militares.

sábado, 29 de noviembre de 2008

MOVILIZADOS

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- Nos obligaban a volver a trabajar, porque el gobierno nos había movilizado.
- ¿Cómo que el gobierno los movilizó? ¿No eran ustedes los que se movilizaron para reclamar el aguinaldo que les debían?

Siempre se producía esta confusión cuando empecé a hacer entrevistas a ferroviarios y les preguntaba por la huelga de 1958 y la marcha que hicieron hasta el Regimiento más de 4000 ferroviarios de Talleres Noroeste, Talleres Maldonado, Bahía Blanca Sud, Galpón White el 1 de diciembre.

Hasta que alguien me explicó bien:

Antes el arma que tenía el gobierno es que te movilizaba, estaba el servicio militar obligatorio, nosotros nos regíamos por... o sea todo ciudadano argentino estaba supeditado a la obligación de servir, cuando te movilizaban quedabas bajo la ley de la justicia militar... (Carlos Montes de Oca, calderero en Talleres Maldonado).


Hace cincuenta años, los mecánicos, ajustadores, caldereros, herreros, torneros, estoperos, carpinteros del ferrocarril que habían iniciado dos días antes una huelga para reclamar el pago de una retroactividad que se les adeudaba, quedaban sujetos a disciplina militar; el ejército y la marina ocupaban el galpón de locomotoras de White, la estación Sud y los talleres Maldonado y Noroeste, y se establecía un tribunal castrense en la Base Naval de Puerto Belgrano.
Unos pocos, asustados, volvieron a trabajar, otros se escondieron, y la mayor parte siguió la huelga hasta que decidieron, en una asamblea interseccional, marchar todos hacia el Regimiento.

No hay ferroviario de mas de sesenta años que no recuerde esto.

martes, 18 de noviembre de 2008

COMO FUE LA PRESENTACION DEL LIBRO

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Mientras a principios de siglo XX los periodistas soñaban el puerto y las campiñas del futuro, y a sus ojos Bahía Blanca prometía convertirse en la Liverpool de Sudamérica, Geniale Giretti, un italiano, marchigiano, campesino y maestro de escuela en su pueblo, llegó a trabajar a la zona rural de Bahía Blanca y a Ingeniero White, y en sus libretas pintó una vívida imagen de las condiciones de trabajo y de vida en esos años.

Ese día Rocío Azul cantó algunas arias de las que se escuchaban en la época en que Giretti vino a la Argentina.

Francesco Quatela y Omar Chauvié leyeron, como en un juego dramático, en italiano y en castellano, uno de los increibles poemas en que Giretti cuenta la reacción de un grupo de peones frente a un patrón desaprensivo en el campo durante la cosecha de 1907.


Yo expliqué cómo, a través de Rodolfo y de Leticia Giretti, las libretas llegaron a nuestras manos, y con qué idea hice la traducción:

el relato novelado y los poemas están traducidos, las notas diarias no. Hay un ir y venir de una lengua a otra, palabras en castellano escritas con ortografía italiana, palabras en italiano con ortografía castellana, da la impresión de que quiere estar aquí y allá. En esa vacilación, en ese ir y venir está la cifra misma de la experiencia migratoria: Giretti cuenta que tomaba mate a la mañana temprano, compraba chorizos y tomaba caña.
La habilidad de Giretti, y la de todos nosotros, es una habilidad no vuelta hacia el pasado, sino prospectiva; de algún modo todos somos migrantes; y eso lleva, desde muchos puntos de vista, a la hibridación, al mestizaje, genera todo el tiempo identidades aleatorias, que se van definiendo y redefiniendo, no en base a ningún mensaje de la sangre sino en base a la experiencia vivida.
Por eso al final, comimos cicerchiata, en base a una receta bajada de internet (porque las recetas de la abuelita no salen desde adentro, por sí solas), y una buena sandía con vino...


El libro puede conseguirse a $20 en Ferrowhite, pedirlo al 4570335 o escribiendo a ferrowhite@bb.mun.gba.gov.ar.
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lunes, 10 de noviembre de 2008

LAS LIBRETAS DE GENIALE GIRETTI

En 1905, un campesino italiano de 23 años, maestro en su pueblo en Le Marche y asiduo lector de las novelas de Carolina Invernizio, llega a trabajar a la zona rural de Bahía Blanca y a Ingeniero White.

Sistemáticamente anota en su libreta las idas y venidas entre Tornquist, Bahía Blanca, Avestruz, Bajo Hondo e Ingeniero White, los gastos mensuales y algunos detalles de su vida cotidiana.

Un día, en el campo, durante la cosecha de 1907, escribe dos formidables poemas.
Y en algún momento, en otra libreta, transforma sus notas en un apasionante relato.


Desde Ferrowhite presentamos en edición bilingüe Las Libretas de Geniale Giretti (1905-1907) para volver a pensar en nuestra ciudad, la de antes y la de ahora; el trabajo en el campo, en el ferrocarril y en White, antes y ahora; los italianos, los de antes y los de ahora; los migrantes, los de antes y los de ahora; en suma, en nosotros mismos, con el pasado y las identidades que todo el tiempo estamos tratando de construirnos.

jueves, 2 de octubre de 2008

GRAN INAUGURACIÓN

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El próximo sábado 4 de octubre, a las 19 hs., Ferrowhite celebra un nuevo aniversario de la localidad portuaria, con un corte de cintas que dará por inaugurada una réplica de la Estación Ingeniero White, construida por el ferroviario Ernesto Micucci.

El 22 de diciembre de 1991, un incendio devoró el edificio de chapa y madera de la Estación White original. Dicha construcción, levantada por los obreros del Ferrocarril Sud en 1900, sirvió durante décadas al paso de los trenes locales que unían Bahía Blanca con el puerto.

Ernesto Micucci, quien trabajó como mensajero en la mencionada estación entre 1961 y 1968, lleva más de dos años componiendo esta miniatura, en cuya confección utilizó tablas de pinotea de su propia casa.

Con este encuentro, Ferrowhite continúa su indagación en torno a las prácticas documentales que, acerca de la historia del ferrocarril y el puerto, llevan adelante los propios trabajadores: cajas de vino que se convierten en un buque archivo; latas de arvejas, luces de navidad y tablas de pinotea que reconstruyen una estación perdida; el garage o el living de una casa transformados en laboratorios de la memoria colectiva.

Ese día presentaremos, además, la balanza de encomiendas (marca "Indargo", para 1000 kilos), que la Escuela Técnica nº 1 guardó por años, y que Gustavo Monacci y Silvia Gattari, junto a un grupo de chicos del barrio Loma Paraguaya, restauraron en el marco del "Taller de los Miércoles".

El encuentro contará con la presencia del dúo de bandoneones Amado - Mansilla y se invitará a los asistentes a compartir una picada ferroviaria.

domingo, 28 de septiembre de 2008

ESTACIÓN MICUCCI

Este fin de semana en el museo celebramos un nuevo aniversario del puerto y el pueblo de Ingeniero White, presentando la estación ferroviaria que el whitense Ernesto Micucci construyó con materiales de su propio patio, réplica en miniatura de aquella que se quemó hace ya 17 años.


Conocemos la estación Garro, o lo que queda de ella. Pero ¿Dónde está la estación ferroviaria Ingeniero White? ¿Como es posible que un puerto atravesado por tantas vías no tenga una estación con su nombre? En realidad, la estación existió. Y no fue hace tanto. Ernesto Micucci la recuerda, con tanta firmeza y esmero, que decidió reconstruirla, hasta el último detalle, en el living de su casa.

“¿Cómo me puse a a hacer esto? Yo trabajé en la estación, del año 61 al 68. Tenía quince años cuando entré. Catorce para quince. Mensajero en la estación de White."

En su tarea, Ernesto enfrenta dos problemas capitales. Por un lado, el edificio que su maqueta debe reproducir ya no existe. El 21 de diciembre de 1991, un incendio devoró la construcción de chapa y madera que los obreros del Ferrocarril Sud habían levantado allá por 1900. Por el otro, él no se atreve ni siquiera a acercarse al lugar en donde estaba.

“Cuando me largué a hacer la maqueta quería ir a medir la plataforma, y pasaba y pasaba y pasaba y no podía medir. Sinceramente, después del incendio no pude ir ni a ver la estación. Había un choque. Un rechazo. Llegaba hasta el mástil y para atrás.”

Micucci me muestra las fotocopias de algunas fotos que le prestó un amigo bombero. En ellas pueden verse nubes de humo, chapas retorcidas como papelitos y un montón de rostros incrédulos, pero la estación no. Si Ernesto fuera un artista, cosa que ninguno de sus amigos duda, la manera que encontró de resolver esta doble dificultad podría ser bautizada el "procedimiento Micucci". Aunque parezca imposible, Ernesto construye su flamante estación desde adentro de la vieja. Él no se anima a pararse ante la estación que ya no existe pero, cerrando los ojos, puede volver a estar adentro de la que alguna vez existió.

“Empecé a hacer un dibujo de memoria... y después caminaba. En casa, yo me contaba los pasos. Decía: la oficina de carga tenía más o menos así, y caminaba diez metros por, que sé yo, doce. Iba contando, uno, dos, tres, miraba la distancia y ahí estaba el armario y atrás del armario, yo sabía, quedaban otros cuatro metros… así se fue haciendo esta estación.”

Desafiando su ansiedad ("y la paciencia de mi señora"), la nueva Estación Ingeniero White lleva más de dos años en obra. A medida que crece va mudando de lugar. De la piecita de atrás fue a parar a la cocina, y de ahí al living. Es que su construcción no parece responder a un plan previo, a esa visión anticipada del conjunto propia del pensamiento proyectual. El "procedimiento Micucci", diría un aprendíz de linguísta, opera  por metonímia. Una cosa lleva a la otra. La aparición de la mesa del jefe revela de pronto la ausencia de las sillas. El carro valijero convoca a la balanza de encomiendas. Ahora, dice Ernesto, solo faltan el tren, las vías, más allá la arboleda... La maqueta se expande como un pequeño imperio. Es el sigiloso desembarco de un mundo en otro que, ¿lo habíamos olvidado?, son el mismo.

“De Luca, Girotti, Mauri, Belmonte, Rossi, Cayaranzo, Bedovaldi, Casiali, De Palma, Sánchez, Manzano, Bocca, Morán, Oliva, Toch, Perez, Santucci, Dáas, Scabarda, Ríos, Faillá, Tauro, Marzulo, Seijas, Vicente, ¿Quién más estaba? En la estación había mucha gente. Eramos casi 100.”

La miniatura no es la representación de un pasado ideal, y por tanto aislado, sino una manera de empezar a configurar, a través de la historia personal, un relato colectivo. Otra manera de comprobar que la historia de uno solo de los habitantes de este pueblo, de uno solo de los empleados de aquel ferrocarril, implica siempre, al mismo tiempo, la de todos nosotros.

"Esto lo hice en un momento bravo. Estaba sin trabajo y accidentado, me había quebrado, no tenía trabajo, así que estaba con tiempo, en casa, y digo, ¿Qué hago?”

Entre la estación que recuerda y la circunstancia que lo llevó a reconstruírla, está la extensa historia de trabajo de Ernesto. Los tiempos buenos y los malos. El primer empleo formal en el ferrocarril, los años en YPF -"donde también eramos muchos"-, las desventuras, ya en los 90, como distribuidor de pilas y hojitas de afeitar, las changas como pintor, el desempleo, el actual patrón, la jubilación para la que solo faltan "367 días".

Escuchar a Ernesto implica empezar a hacer propio su "procedimiento", la manera en que este vecino intenta materializar su punto de vista sobre la historia común a través del artefacto que construye. Es a partir de prácticas como la suya que Ferrowhite se reconoce como un "museo taller".

En estos años, Ernesto no tuvo que ir muy lejos para encontrar los materiales apropiados para su obra.

“La base es el esqueleto de un cajón. La chapa acanalada son latitas de arvejas, los laterales y el techo están hechos de pinotea, algunas tablas de esta casa que desarmé en una reforma, pinotea centenaria como la estación.”

Incluso si intenta disimularlos, el bricoleur sabe que es imposible borrar la huellas de los materiales a partir de los que trabaja.  En las tablas de pinotea, Ernesto encontró no solo la materia prima para dar forma a sus recuerdos, sino además la definición más simple de lo que una estación de trenes pudo, alguna vez, ser: "una estación ferroviaria es una casa".

"Cuando me fui dejé un cartel en el sector encomiendas: «ganamos poco pero nos divertimos mucho». Se debe haber quemado con el incendio también, pero está acá: [Ernesto Micucci levanta el techo desmontable de su maqueta, y señala con el dedo el interior de una de las habitaciones, me inclino]
¿Ves?.”


sábado, 27 de septiembre de 2008

UNA FIESTA EN MALDONADO

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Cuando hace unos días le mostré la foto de la fiesta a Cacho Montes de Oca, en seguida se acordó. Y dijo: esta es la fiesta que organizó Fontanella. Lo tenemos que invitar a él.

Helos aquí, entonces, a Carlos Montes de Oca y a Oscar Fontanella, lupa en mano, reconociendo a sus viejos compañeros de trabajo, y contándome entre los dos, un montón de historias.



UNA FIESTA EN MALDONADO

Cuando estuvimos en los Talleres Maldonado el viernes 5 de septiembre, nos regalaron esta foto:


¿Cuándo fue esta fiesta? ¿Cómo la organizaron? ¿Quiénes son los que aparecen en la foto?
Una cosa, sí, podemos reconocer claramente: el edificio de la nave central del taller, bajo los puentes grúa.
Y la ropa nos lleva a conjeturar que esto ocurrió probablmente entre 1974 y 1976.

La idea sería entonces tratar de saber los nombres, de encontrarlos, y si fuera posible, reunirlos de nuevo.
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miércoles, 24 de septiembre de 2008

SÁBADOS EN FERROWHITE


Casi son las tres y Pedro Caballero va cruzando el puente. Alberto ‘Cacho’ Romero abre el portón mientras sigue, a la distancia, la conversación con Pedro Marto. Los tres llegan al museo con una insólita antelación. Los tres tienen asistencia perfecta.

Tal vez ir al museo signifique para ellos lo que antes implicaba arrimarse al bar, al club, incluso al trabajo. Han hecho del museo su lugar de pertenencia.
Esa apropiación requiere, en parte, encontrar una actividad. Un hacer que, por el hacer mismo, se va volviendo rutina (en el sentido más reconfortante de la palabra). Así, Pedro Marto se viste con la gorra de guarda, agarra la caja de colaboraciones y prepara su planilla de visitantes: “Sábado tanto, coordinador tanto”. Después, se encarga del encendido de la calefacción, de las luces de las fotos y de los teléfonos, tareas que ya le son propias.

Pedro Caballero desde hace tiempo (más precisamente, después de la botadura del “Ingeniero White”) va derechito a abrir la persiana del salón de usos múltiples, y en un gesto evoca a los talleres Maldonado. Con el primer deber cumplido, hace entrega del suplemento ADN del diario La Nación que Pedro, a su entender, no entiende.

Cada tanto Cacho Romero se acerca a compartir unos mates y también unas anécdotas. El otro día, por ejemplo, Pedro Caballero y Cacho recordaron a Musa, un ferroviario que medía como dos metros y medio y que sólo manejaba las pilotas*, porque su cuerpo era tan grande que tenía que sacar la cabeza por la ventanilla.

A veces, cuando llega alguien con algo que preguntar o simplemente con ganas de conversar, Pedro Marto siempre dice mentir, y Pedro Caballero nunca niega decir la verdad.
Quien llega y permanece, se va asombrado con la prodigiosa memoria de don Pedro (Caballero), y de yapa se lleva una foto con el único guarda que no fue ferroviario.



Pedro, Cacho y Pedro


A las seis y pico un cambio de música es solicitado y el bolero de Ravel gira un par de veces. Pedro Caballero se para delante del parlante y, por quince minutos, dirige una orquesta. Con una sonrisa dibujada se agrega al camino del quehacer, esta vez al revés. A cerrar la persiana, a hacer las cuentas de la recaudación, a apagar la calefacción, la música, las luces.
A cerrar la puerta, a saludarnos otra vez. A decir: hasta la próxima.




*pequeñas locomotoras a vapor usadas en la playa ferroviaria.

lunes, 8 de septiembre de 2008

FW EN TALLERES MALDONADO

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El 5 de septiembre fuimos con Analía Bernardi y Pedro Caballero a recorrer los Talleres Maldonado.


A la izquierda, el edificio construido a fines de siglo XIX por la compañía Bahía Blanca al Noroeste; a la derecha, la nave con estructura de hormigón y grúas pórtico hecha en 1948, para transformar el viejo galpón de locomotoras en taller para reparaciones periódicas de locomotoras diesel. Actualmente está en manos de la Unidad Ejecutora, dependiente de la Provincia de Buenos Aires. (Ferrobaires)



Cambio de bogues: los gavilanes elevan las 100 toneladas de la locomotora de su base y controlados desde el puente grúa la desplazan hacia izquierda y la apoyan sobre los bogues recién preparados.

En el taller, una máquina cepilladora transforma una zapata de freno de vagón en zapata de freno para locomotora: el trabajo consiste en hacer una ranura de un centímetro y medio de ancho.


El tornero; por las ventanas del taller entran las enredaderas que cubren la pared exterior.


El motor de la Balwin Lima Hamilton 7044 que se usa como pilota en el taller: el regulador Woodward, las ocho culatas, el árbol de cremallera, el múltiple de gasoil,las bombas inyectoras de aceite, los caños de aceite lubrificadores de balancín de culata,
los caños de alta y adelante, en primer planto, el gobernador eléctrico.



Un recorrido por el cementerio de locomotoras en la playa posterior del taller.

Más imágenes en Archivo Caballero

domingo, 31 de agosto de 2008

Marcelo Díaz y la bomba de vacio de la locomotora BLH
rumbo a la sala de muestra.

martes, 26 de agosto de 2008

CAMINATA ARQUEOLOGICA POR LOMA PARAGUAYA

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Esta vez -miércoles 6 de agosto- el equipo de Ferrowhite se congregó en el corazón de Loma Paraguaya. De White salimos Silvia, Lucía, Pedro, José, Nico y Esteban y allá nos encontramos con Adriana y el resto de los chicos –Janet, Magali, Lucila, Natalia, Mari, Laura, Ezequiel, Braian y Luciano-.

Reunidos todos en la plaza de la Unidad Sanitaria nos encaminamos derechito en la búsqueda de la tan mentada palmera ferroviaria. Cruzamos la ruta tres y registramos nuestro primer hallazgo: un taller que abarca toda una esquina, detrás en el medio de aquella manzana una playa de camiones y allá, en la otra punta, unos galpones uno al lado del otro, que forman parte de lo que fue la metalúrgica Bahía Blanca hasta mediados de los 60’. ¿Qué se fabricaba? : surtidores de nafta y hornos de alta presión.

¿Qué más? Al fondo de esa calle, paralela a la otra ruta, que forma una rotonda con la ruta tres, se ven las construcciones de otro lugar con fama: los talleres en los que se reparaba vagones del ferrocarril.

De allí cruzamos esta otra ruta y salteando un alambrado nos internamos bajo una hilera de árboles hasta dar con la gloriosa y solitaria palmera. Ahí estaban: el árbol y su perseverancia. De pie frente a inconmovibles tanques de petróleo.

Sesión de fotos mediante, salimos de nuevo a la calle y caminamos derechito hasta la avenida Colón, cruzamos y atravesamos un caminito de tierra que desembocaba en los fondos de lo que ahora es EDES. Esa pared, la del fondo, correspondía a la antigua usina, aquella que fue construida por capitales ingleses a principios del siglo xx.

De tanto mirar para arriba casi no nos percatamos de que estábamos parados sobre la base de lo que fuera la chimenea de la usina. La disposición de los ladrillos en el suelo formando un círculo, nos convenció de tal hallazgo. Emocionados, ¡sale otra ronda de fotos!

Y antes de emprender la retirada intentando buscar cobre para hacerlo plata dimos con un pedazo de ladrillo refractario que nos dio la sensación que es de aquella época en que la chimenea estaría de pie. Esa mitad tiene inscripto algo que todavía no resolvimos a qué hace referencia.

La otra mitad queda para el miércoles que viene.
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lunes, 4 de agosto de 2008

EL TALLER DE LOS PIBES DE LOMA

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¡Uno más! El miércoles pasado nos volvimos a reunir en Ferrowhite los que estamos llevando adelante el trabajo de taller con los pibes de Loma Paraguaya. Vacaciones de invierno de por medio, algunos aflojaron y, esta vuelta, no vinieron al museo. Pero todo se compensa: sumamos a Marcelo mientras que Ana y Pedro quedaron enganchados y volvieron a decir presente.

Justo antes de salir corriendo para recorrer la torre del Castillo (lo prometido) pasamos por el pañol y todos coincidimos en lo bien que habían quedado las bielas de locomotora. ¡Brillaban! De paso, Pedro andaba enseñando uno de los tomos del manual de locomotoras (la parte mecánica) con el que se estudiaba en el ferrocarril, cuando él era joven, para pasar de aprendiz a mecánico.

Después de una sesión de fotos abrazando a una de las bielas salimos rumbeando al castillo. ¿Qué vimos? Chatarra olvidada en la ría, el buque regasificador, todo White, el Polo Petroquímico en su plenitud, los edificios allá en Bahía. Y por dentro: las enormes paredes del Castillo, ventanales rotos, imaginamos los lugares donde estaban las calderas, las turbinas, un dragón devaluado que apenas se alimenta de palomas.

De vuelta al museo, nos repartimos copias de un plano con las calles de Loma Paraguaya, e intentamos ubicar el sitio exacto donde estuvieron instaladas la estación de trenes y la usina del BAP (Bs. As. al Pacífico). A esas referencias le sumamos la casa de cada uno de los chicos, la esquina de la escuela, la iglesia, la casa de los abuelos de Luciano...

¡Al fin! Después de cuatro encuentros en las dependencias del museo, el miércoles próximo los pibes de Loma hacen de local y los de Ferrowhite nos vamos para allá a hacer, lo que se dice, trabajo de campo.
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martes, 29 de julio de 2008

LOS PIBES DE LOMA, PEDRO Y EL TRABAJO EN EL TALLER

Los últimos retoques a la balanza.



Pedro comparte sus conocimientos en un pañol que congrega cada vez más...


Ya pasaron el miércoles 16 y el miércoles 23 y van ... Una vez más los pibes de Loma se vinieron a Ferrowhite para seguir con lo que habíamos empezado a principios de mes.

Con José al pié de la bomba de vacío estuvimos lavando y rasqueteando los restos de grasa que se han ido acumulando entre las partes de aquella bomba. Tal cual el encuentro anterior, algunos nos quedamos afuera aprovechando el sol mientras el resto ( Magali, Natalia, Maria, Janet y Braian) le daba una de las últimas puntadas a la balanza de encomiendas dejándola toda pintadita de azul.

Esteban llegó tarde y se perdió la mitad de las cosas que José le andaba contando a los pibes sobre el ensamblaje y funcionamiento de estas piezas y sobre la idea que tenemos de reacondicionar todas estas cosas viejas que nos llegan para poder después mostrarlas y que formen parte del recorrido del museo.

Como siempre, hubo tiempo para trabajar y escuchar y otro tanto para matear y ponernos al tanto sobre lo que hizo uno u otro en esta semana que ¡no nos vimos!

El miércoles 23 el encuentro se volvió masivo y el pañol nos quedó chico: de Loma se sumó Ezequiel y Laura con su bebé y en Ferrowhite esperábamos José, Silvia, Esteban, Nico, Ana y Pedro Caballero. Reunidos en torno a la bomba de vacío, Pedro desenfundó las llaves hexagonales y las llaves de tubo y nos describió cómo funcionaría, con sus correas, sus válvulas y el carter, esta pieza en un motor diesel imaginario.

El entusiasmo de Pedro -desarmando y señalando el sentido de cada una de las partes que componen dicha bomba - más la charla posterior, un rato antes de terminar, donde José insistió en recatar el valor del trabajo como herramienta que nos permite crecer y desenvolvernos en esta vida pareciera que contagió al resto y nos fuimos planeando y discutiendo sobre las tareas a realizar el próximo miércoles.

lunes, 28 de julio de 2008

INSTRUCCIONES PARA DESARMAR UNA BOMBA

Esta es la bomba de vacío de una locomotora Baldwin Lima Hamilton.


La encontró Pedro Caballero en una de sus visitas al Taller Maldonado. Con ayuda de algunos de sus ex compañeros, la trajimos hasta el parque de la usina y allí la encontraron Laura, Brian, Janet, Luciano, María, Ezequiel, Natalia, Magalí y Lucila, los chicos de Loma Paraguaya, en su primera visita al museo.

La bomba es un dispositivo misterioso. En primer lugar, porque lo que produce no es alguna cosa, sino la ausencia de esa cosa. En segundo, porque el vacío, la "nada" que fabrica, lejos de representar una disminución, es capaz de desencadenar una potencia formidable. La fuerza suficiente para frenar un tren.

En Ferrowhite tenemos la sospecha de que desarmando la bomba con los chicos lo que también se desarma y somete a revisión es la operación por la cual el museo transforma un objeto en parte de una historia. Lo que nos preguntamos es si los museos no funcionan a veces como la bomba de vacío, produciendo en su interior una atmósfera enrarecida en la que sería posible percibir determinados objetos al margen de sus relaciones con el mundo presente. Blindadas, herméticas, selladas al vacío, así son las vitrinas que cumplen con las normas de conservación más exigentes. Lo que el museo entendido como bomba de vacío produce, paradójicamente o no, es la ilusión de un pasado completo, capturado en el orden satisfecho de una colección, en el sentido concluso de un relato.

Trabajar con la bomba de vacío de la Baldwin implicaría, entonces, un intento de desactivar, desde adentro, esa otra bomba. O mejor: un intento de alterar su funcionamiento, de activar su mecanismo en otra dirección. Cuando, frente a la bomba de vacío de la Baldwin, Janet pregunta “¿Dónde está el resto de la locomotora?”, cuando junto a los chicos de Loma nos preguntamos ¿De verdad había una estación de trenes en Loma Paraguaya?, algo en el interior del dispositivo museo cruje. El museo ferroviario deja de estar organizado en torno a los objetos que posee, para pasar a estarlo también, y sobretodo, alrededor de aquellos que, por precisas razones históricas, faltan.

Lo que dice Ana:

La pieza testimonia el desguace, la desaparición de la locomotora, y de gran parte del ferrocarril en nuestra zona; pero en un museo taller, el llegar a exhibirla requiere y al mismo tiempo permite la reinvención de un vínculo, de muchos vínculos: abre la posiblidad del encuentro de personas muy distintas en torno a una historia que hasta ese momento quizás desconocíamos como común.

domingo, 20 de julio de 2008

LA HORMIGA CIRCULAR Y SU "PATA DE FIERRO"

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"Copada", escuché que le contaba una nena a su hermano mayor en la 504 cuando nos volvíamos de a Bahía, "se trataba de un pueblo donde no pasaba mas el tren, la gente hizo una asamblea, se pusieron de acuerdo y entre todos pusieron en marcha la locomotora".

La nena salía el jueves del colegio Sarmiento, depués de haber visto la obra "Pata de fierro", que Tatalo Muzzin y Rubén Petricio integrantes de la cooperativa "La hormiga circular" de Villa Regina, trajeron a Ingeniero White.

Invitados por el museo, llegaron a White el jueves a la mañana, con su escenario, sus muñecos (a los que no sabemos si cabe el nombre de títeres), sus voces y su música.


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sábado, 19 de julio de 2008

PREGUNTAS EN EL TALLER

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¿Cómo es posible esta foto?


¿Por qué llegaron estos chicos al taller de FW? ¿Cómo llegó esta bomba de vacío a nuestro museo? ¿Cuántos años estuvo "tirada" en los talleres Maldonado? ¿Qué pasó con la locomotora Baldwin Lima Hamilton a la que pertenecía? ¿Por qué la cortaron? ¿Cuál fue el "recorrido" de esta bomba, de esta locomotora desde que la descargaron en el puerto de Buenos Aires en 1953, cuando el gobierno de Perón hizo traer desde Filadelfia, Estados Unidos, 50 locomotoras como esta? ¿Qué uso se le va a dar al manual de las Baldwin donado por Pedro Caballero, a quien se lo regaló Bubi Torres, quien a su vez lo rescató del galpón de locomotoras White cuando ya se cerraba la oficina técnica?

¿Qué es "trabajar" en un museo taller? ¿Por qué sucede esto, que chicos del barrio surgido junto a una estación y un galpón ferroviario que no están más, Loma Paraguaya, participen de un taller en el que la propuesta es "trabajar" con la bomba de vacío de una de esas locomotoras? ¿Qué sentido tiene que junto a ellos vuelva a agarrar las llaves hexagonales y las llaves de tubo un mecánico jubilado como Caballero? ¿En qué punto se encuentran el entusiasmo de Pedro con el de los chicos?


Preparar esta pieza para la exhibicion en el museo supone este trabajo, pero ¿qué es este trabajo?

La pieza testimonia el desguace, la desaparición de la locomotora, y de gran parte del ferrocarril en nuestra zona; pero en un museo taller, el llegar a exhibirla requiere y al mismo tiempo permite la reinvención de un vínculo, de muchos vínculos: abre la posiblidad del encuentro de personas muy distintas en torno a una historia que hasta ese momento quizás desconocíamos como común.
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LOS CHICOS DE LA GUARDERÍA MI CASITA (Maldonado) EN FW

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El lunes 14 de julio nos visitó un grupo de chicos de la guardería "Mi casita" del barrio Maldonado:




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lunes, 14 de julio de 2008

TALLER EN EL TALLER

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Ahora será el turno de estas partes de locomotora Baldwin que Pedro y Gustavo trajeron hace unos días de Talleres Maldonado.

Pedro Caballero, mecánico del Galpón de locomotoras de White, conversa con Silvia, coordinadora del grupo de chicos y chicas de Loma Paraguaya que participan de un taller en Ferrowhite.

¿Qué son estas piezas? ¿Cómo podrían restaurarse? ¿Cómo se articula el conocimiento pormenorizado de un ferroviario como Pedro con las experiencias y los sueños de los chicos?¿Qué posibilidades para la reflexión y para la acción se abren ante la perspectiva de "trabajar" en conjunto?
Estas son las piezas de las que hablamos:
- Bomba de vacío para el freno de la locomotora.
- Culata de motor diesel con dos inyectores, bomba inyectora, balancines, caños de alta, y el múltiple del motor diesel.
- Bielas de de motor diesel.

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viernes, 11 de julio de 2008

LOS CHICOS DE LOMA PARAGUAYA DE VISITA EN FERROWHITE

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Luis y Gustavo contemplando la balanza post hidrolavado.


Los chicos de Loma en el pañol de FerroWhite laburando a pleno para dejar la balanza como nueva.


Pasando la posta... del mate.

Merecido descanso bajo el sol después del trabajo.
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DE LOMA PARAGUAYA A FERROWHITE

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El pasado miércoles dos de julio vinieron a conocer el museo, Janet, Lucila, Natalia, Mari, Magali, Braian y Luciano, todos chicos de Loma Paraguaya, además de Nieves y Adriana. En FerroWhite los esperábamos Silvia y Esteban (faltó José) con la intención de recorrer el complejo (para saber dónde estamos parados), conversar un rato para conocernos y, sin mucho preámbulo, aprovechar la tarde para ponernos a trabajar en el pañol del museo, que viene a ser como el taller de FerroWhite.

Una vez hecho el recorrido por los alrededores del castillo (la ex usina) y por algunas de las instalaciones del museo, nos pusimos a charlar, a preguntar y escuchar sobre los posibles orígenes de Loma Paraguaya.

Algunos se remontaron veinte años atrás, cuando el lugar se empezó a poblar con gente, muchos paraguayos, que venía a trabajar en la construcción y ampliación del Polo Petroquímico; otros lo identificaron con la existencia de un boliche o almacén que vendía, entre otras cosas, bebidas alcohólicas, atendido por un paraguayo hace muchísimo tiempo atrás.

La charla alrededor de la mesa fue acompañada por unas fotos en blanco y negro, recomendadas y facilitadas por Héctor Guerreiro (se agradece) que, presumiblemente, nos remontaban a uno de los tantos posibles orígenes del barrio. ¿Qué mostraban esas fotos?: una usina con su chimenea, pilas de leña a un costado de las vías, una estación de trenes con un jardín lleno de flores y mucho campo, sin ninguna casita a la vista. Todo, construido con capitales de ferrocarriles ingleses.

Entre tanta charla y fotos, se nos empezaron a mezclar las fechas, las nacionalidades y los accidentes geográficos: ¿y la loma? ¿o era una playa con palmeras? ¿la estación era inglesa? ¿o los paraguayos pusieron plata ahí? ¿a quién se le ocurrió plantar una palmera en este lugar?

Al rato de divagar, nos fuimos al pañol y nos pusimos a trabajar ¿Qué hicimos? Algunos (otros aprovecharon el solcito) estuvimos lijando partes de una balanza de hierro que, antes de estar oxidada, se la usaba en la estación de pasajeros de White para pesar encomiendas.

Justamente la idea de recuperar dicha pieza ( aunque la estación de White, como la de Loma, ya no existe) sirve para saber para qué se utilizaba, cómo se organizaba el trabajo alrededor de dicha pieza y quiénes le daban uso. Convencidos de que los objetos tienen su historia para contar (aunque eso queda para la próxima vez) vamos, de a poco, cumpliendo con las distintas etapas que abarca este tipo de trabajo. Un trabajo de reparación y restauración de piezas o herramientas que pertenecen a lugares que se han ido transformando con el paso del tiempo.
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MARTO CONCEJAL


Estibador en White, alguero en Trelew, domador de gallos en Bariloche, Pedro Marto lleva su vida a escena bajo la mirada atenta de Natalia Martirena y el afanoso cuidado del equipo del museo.

La temporada 2008 de "Marto Concejal. Un documental en vivo" presentará ajustes y novedades varias (porque Pedro no es el mismo desde que la obra se estreno y, claro, ustedes y nosotros tampoco).

En la Alianza Francesa de Bahía Blanca, Fitz Roy 49. Los sábados 28 de junio y 5 de julio, a las 21 hs.

Reservas al 4570335, de lunes a viernes, de 8 a 13 hs.

viernes, 20 de junio de 2008

FONOPLATEA EN FERROWHITE

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El sábado 14 de junio, cuando se hizo la botadura del "Ingeniero White", el barco portacontenedrores de Bocha Conte, Pedro Caballero y yo subimos al escenario de Ferrowhite. Con la voz de Pedro Fontana Reyes, él hizo los anuncios de los bailes de primavera, las obras de teatro del grupo de Gianetto Bellavigna; y conversamos, como tantas otras veces pero en público, sobre esa oportunidad en que estuvo Donald en el club Comercial, y sobre las mujeres que corrieron a paraguazos al actor que hacía de Facenzo el Maldito en la radionovela de LU2, y sobre el teatro vocacional whitense, y sobre María Luz...

Después dije algo así como: "El barco de Bocha Conte parte y todo White va cargado en él: 194 contenedores con los nombres de bares, clubes, almacenes, sindicatos y peluquerías. Pedro los recuerda todos, y uno por uno los anuncia. "

Después, Pedro invitó al público a pasar a la otra sala, donde estaba el barco, todos cantando: partirá la nave partirá, a donde llegará, eso no lo sé...


A la izquierda, proyección con contenedores que parten de Puerto Galván. A la derecha, María Agnelli, bañista eterna, frente a los elevadores de chapa.

El navegante Roberto Orzali comprueba la solidez del casco del "Ingeniero White"


"Un genio, este Bocha"


Además de fonoplatea, hubo teatro de sombras, video, vino caliente y picada ferroviaria.
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martes, 10 de junio de 2008

SÚBETE A MI BARCO

La botadura de un barco es siempre un acontecimiento significativo, de modo que para darle el marco que se merece a la "botadura" del Ingeniero White, el sábado 14 de junio a las 19 hs. Ferrowhite estrena su fonoplatea con el esperado regreso a los micrófonos de Pedro Fontana Reyes, la voz cordial y amiga del éter whitense. Quien fuera celebrado en la pileta de Comercial cuando anunciaba los estrenos del conjunto de teatro de Giannetto Benavigna, o la programación de los cines Monumental y Jockey Club, o las palabras de El Arca de Noé (Una ciudad se ha perdido en el desierto / Partirá, la nave partirá...) en versión de Iva Zanicchi, se encuentra en pleno proceso de ensayo y programación musical junto a Natalia Martirena y Ana Miravalles, para ofrecer una velada inolvidable.

'INGENIERO WHITE' SE HACE A LA MAR

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Mientras el Excelsior se dedica a convertir en gas su carga, y los argumentos a favor y en contra van levantando presión, en Ferrowhite se prepara la botadura del Ingeniero White, el buque que Roberto Bocha Conte construyó a partir de decenas de envases tetra brick, y que realiza la operación inversa: convierte algo tan intangible como la memoria de un pueblo en una sólida carga de contenedores.
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