martes, 10 de julio de 2018

ARTE EN TERRITORIO

El Centro Cultural Haroldo Conti de la ciudad de Buenos Aires nos invitó a participar de la muestra "Arte en territorio". Así que nos pusimos a pensar cómo contar a través de un objeto el lugar en el que vivimos. A continuación algunos apuntes de trabajo.

En el último tiempo nuestro compañero Guillermo Beluzo viene recogiendo de la calle tubos de cartón que alguna vez fueron corazón de bobinas de tela, papel o plástico. Como ven, ya juntó unos cuantos:



Entre esos tubos y nuestro entorno existe una relación morfológica. En este museo vivimos rodeados de inmensos cilindros. Muchos de ellos están llenos de grano. Buena parte de la producción agropecuaria del sur de la provincia de Buenos Aires se acumula a nuestro alrededor en grandes plantas de silos, desde donde embarca hacia destinos remotos.



Ese enorme caudal de riqueza casi no nos toca. Es tan perfecto el ducto extractivista que la riqueza fuga "como un tubo". A más de un vecino no le queda otra que juntar de la ruta unos pocos porotos, caídos por descuido de la caja de algún camión: https://vimeo.com/28378246

Con los tubos de cartón, en el museo fabricamos este banquito:

 

Sobre ese banquito, compuesto por una intersección de círculos que evoca a la teoría matemática de conjuntos, se sientan los pibxs del taller Prende que este año, también con tubos, están construyendo unos caleidoscopios que atrapan, en su juego de espejos, pequeños fragmentos de nuestro territorio: pinzas de cangrejo, pellets de polietileno, porotos de soja cuyo reflejo se multiplica al infinito.

Ahora pensamos que estos tubos en amalgama pueden funcionar como célula básica para una instalación en el Conti. Tubos convertidos en bancos para armar una ronda. Bancos que reunidos forman, a su vez, un escenario. O que apilados componen una escultura. (¿Una escultura que es peana?). Tubos para apoyar el culo pero también la oreja. Tubos que, como los de un órgano de iglesia, dejan escapar sonidos. La voz de los pibxs, el rún rún de las tolvas, el rumor del mar. Tubos que viajan a la ex Esma llenos de cereal, de urea o de caramelos. Chimeneas de las que sale humito. Tubos donde, hechos un rollo, guardar dibujos o planos ultrasecretos. Tubos en los que (¡a ver si te animás!) meter la mano, para llevarte o, quien sabe, dejar algo. Infraestructura elemental para intercambios imprevistos.



En resumen: estamos pensando en construir un artefacto flexible, monomaterial, que, partiendo de una forma modular, se preste a diferentes usos y configuraciones, metáfora, tal vez, de la comunidad como juego de conjuntos, pero también del modelo neoextractivista y sus asimetrías. No es una idea redonda (sino cilíndrica), pero vale la pena buscarle la vuelta.




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