viernes, 20 de marzo de 2020

CÓMO SEGUIR



¿Cómo seguir? Es una pregunta pequeña entre los interrogantes mayúsculos que abre la pandemia. ¿Cómo seguir con un museo cuya dinámica estuvo basada, hasta ayer, en la posibilidad de todos esos encuentros que la necesidad de preservar la vida suspende?

Porque necesitamos pedirte, ya lo escuchaste mil veces, que te quedes en casa. También nosotrxs estamos en ella, con un ojo puesto en la pantalla y el otro en la calle desierta, mientras la rueda que mueve al mundo cruje y, en parte, se detiene. Todo es bastante incierto. Y por eso, a pesar o en razón de que permanecemos inmóviles, todo parece poder pensarse de nuevo. ¿Seremos capaces de contribuir a esa tarea?

De momento, cuidarnos es también reinventar la trama de colaboración, saberes y afectos que conforma el patrimonio primario de esta institución. Eso que está detrás de las viejas herramientas que este museo conserva. O de aquellas que se inventa. Como esta sala inflable, que permite ver sin tocar, estar afuera y, a la vez, confinadxs, prototipo de un mundo sin derecho a roce, soporte de preguntas que no es posible poner en cuarentena.

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