viernes, 31 de diciembre de 2021

TIRANDO PARA NO AFLOJAR


¡Feliz 2022! Y a seguir tirando para no aflojar.

lunes, 27 de diciembre de 2021

LINTERNA EN MANO


Tantas mañanas compartidas había que celebrarlas de noche. Con lxs chicxs del taller Prende cerramos el año recorriendo los alrededores del Castillo, explorando, linterna en mano, la paradoja de que esa usina que iluminó a una ciudad permanezca en sombras, se convierta, cada vez que cae el sol, en guarida oscura para los mil monstruos que nuestra imaginación suelta ahí adentro. ¿Y qué descubrimos? Que en esa boca de lobo también caben la risa y el brindis, las ganas de jugar e imaginar un futuro mejor de los que insistimos en trajinar este sitio tan difícil como maravilloso.







jueves, 23 de diciembre de 2021

PROPONER Y DEJARSE TRANSFORMAR

Digo, de nuevo, una vez más: dar la bienvenida, 

saludar, acompañar, permitir, ser paciente, 

posibilitar, dejar, ceder, dar, mirar, 

 leer, jugar, habilitar, atender, escuchar. 

Carlos Skliar 1  

 

Estamos terminando el año y queremos compartir un repaso de las tareas que hicimos desde el área educativa, que oscilaron entre la realización de algunos materiales y una serie de encuentros virtuales y presenciales.

HERRAMIENTAS DIDÁCTICAS

Para acompañar el trabajo de lxs docentes en este segundo año de pandemia, publicamos Manos a la Obra, una cartilla digital que reúne actividades y juegos que solemos usar durante las visitas. Muchos de ellos, como ‘Estamos todxs en el mismo tren’, ¡Qué chucho! y ‘Obreras para armar’ fueron hechos en articulación con los talleres del Prende. La intención es que estos contenidos puedan disfrutarse en diferentes niveles, modalidades y contextos, sea en el aula, en el recreo o en casa.

Finalmente, el juego ¡Andá vos a lavar los platos! forma parte de la muestra del museo. La obrera de Ferrowhite por momentos es docente, por otros bolsera de las fábricas del puerto y de a ratos, una microemprendedora que trabaja desde su casa. Más allá de las particularidades de cada momento histórico, asegurar el sustento económico de sus familias es una prioridad que comparten.



Junto con objetos de la vida política (urnas, megáfonos y pecheras), de la cocina (ollas y cucharones), de los trabajos reconocidos (tijeras y guardapolvos) y de la dimensión del autocuidado (libros y tatuajes), seguimos conociendo sobre cambios y permanencias en los trabajos de las mujeres.

Como una forma de enriquecer esta propuesta hicimos entrevistas a nuestras amigas Titi Sedrani, Ida Muhamed y Gisela López. Nos acercamos para indagar en sus memorias como peluqueras, costureras y promotoras comunitarias y terminamos descubriendo nuevas experiencias, como la de Ida atendiendo de niña el puesto de verduras que la CGT había habilitado en el puerto. 


Una mañana de  mates individuales y charlas compartidas en el patio de Gisela 

OTROS USOS AL JUEGO

En el Primero de Mayo, junto con el Centro Cultural Kirchner, organizamos un taller virtual sobre representaciones del trabajo en la cultura. En esa oportunidad el trío de obreros fue nuestro recurso de mediación y la pregunta "¿trabajar en cultura es distinto a hacerlo en otros trabajos?", el puntapié de estas reflexiones:


Es diferente porque por fuera del campo cultural se suele identificar la cultura con el entretenimiento y no como fuente y espacio de trabajo.

Debería ser considerado como una profesión como cualquier otra, pero no ocurre tanto.

El arte y la cultura terminan relegados casi siempre.

El riesgo es mucho mayor y el producto está infravalorado


Los debates y los dibujos que surgieron en este taller devinieron en  una serie de objetos y piezas visuales para acompañar “al trabajador de la cultura":


"POCAS PERO BUENAS"

Este año, cuando la situación sanitaria lo permitió, pudimos recibir algunas visitas. En comparación con otros años, fueron pocas, poquísimas. Pero tal vez, por esa condición, pudimos encontrarnos en otras situaciones:

 

Con Gino, Enzo, Mariana, Aymara y Ona, que practican homeschooling, fabricamos ladrillos de adobe como parte de un proyecto comunitario de construcción natural. No sabíamos que esas piezas iban a ser parte de la estufa que, meses después, construimos en la casa de Pao, Leo, Pía y Male quienes participan en el Prende.


La auténtica relación educativa se mueve desde esa constatación (que no hay dos personas iguales), pero para significarla como posibilidad: el deseo de que cada cual siga su propio proceso, el más rico, el más humano y humanizador, el más personal (...) Que nadie se vea obligado a ser quien no es. Es el deseo de que todas y todos puedan construir-se.2



Con los grupos de U-Pami, que cursaron ‘Museos y paisajes culturales’ junto a nuestro amigo Omar Staltari, exploramos la visita en su formato virtual. Esta vez fueron los objetos los que aparecieron a través de las ventanitas del Zoom para evocar las memorias de lxs participantes. “Yo no tengo preguntas para hacer, tengo recuerdos”, dijo María Eugenia, hija de Luis Doménech, jefe de los Talleres BBNO. Y así se activaron anécdotas de viajes en zorritas de vía, esperas en la estación de Darregueira y veranos en la pileta de Comercial.


"¿Cómo se piensa la educación en un museo como Ferrowhite?", fue la pregunta que propusieron las estudiantes del Profesorado de Educación Primaria de la UNS. Como retruque las invitamos a vivenciar nuestra consigna ‘el museo empieza afuera’ y a recuperar la mirada de cuando somos niñxs.


Con las salas “Flamenco Austral” del Jardín Sarmiento, además de ver el castillo, correr por el parque y explorar el museo para dar con algunos objetos valiosos, nos preguntamos qué cosas de nuestras casas, familias y del jardín nos gustaría cuidar. Dibujamos las colecciones y con las piezas de madera construimos nuestros “museos de cosas importantes”.




Lo primero que dijo Bianca Orzalli cuando llegó al museo fue: "mi abuelo viene acá a bailar" 

La última visita fue la de lxs chicxs de 6to año del Colegio Sarmiento. Fue la primera vez que pudimos trabajar con la pregunta que surge inevitablemente al caminar por las salas del museo y encontrar herramientas pesadas y siluetas de obreros y patrones. La obrera del juego ¡Andá vos a lavar los platos! nos esperaba con algunas pistas para pensar ‘¿dónde están las mujeres?’


ESCRIBIR AL  HILO

Desde septiembre estamos participando de esta clínica, organizada por Fundación PROA y el Museo de Arte Contemporáneo de México. En las clases pudimos escuchar a investigadorxs de diversas disciplinas, quienes, además de compartirnos saberes sobre pensamiento decolonial, museos y feminismos y pedagogías de las diferencias, nos desafiaron a soltar la pluma y repensar, en ese mismo proceso, lo que hacemos.



PAUSA Y VOLVEMOS

En estos gestos mínimos que intentamos describir pudimos revisar algunos de los sentidos que tiene para nosotras la educación en los museos. Uno tiene que ver con volver estos espacios disponibles, atendiendo a los deseos y necesidades de quienes nos visitan. Y el otro, con una mirada de la pedagogía, que nos invita a ser compañeras de aprendizaje de esas personas.


Analía Bernardi y Julieta Ortiz de Rosas


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Referencias:

1 y 2: Gestos mínimos que nos propone Carlos Skliar para dar inicio y sostener el encuentro educativo. En Skliar, C. (2019). Acerca de la alteridad, la normalidad, la anormalidad, la diferencia, la diversidad, la discapacidad y la pronunciación de lo educativo. Clase 1. Módulo 1. En Diploma Superior en Pedagogías de las diferencias. FLACSO Argentina, disponible en flacso.org.ar/flacso-virtual.

lunes, 20 de diciembre de 2021

COMO PAN CALIENTE



Ideales para regalar en Navidad, las REMERAS, BOLSAS y CARTUCHERAS que fabrican las chicas del Taller de Corte y Confección del PRENDE son una maravilla y salen como pan caliente. Reservá las tuyas escribiendo al +54 9 291 (15)5323210.



sábado, 18 de diciembre de 2021

MÁQUINA SÓNICA




¡Partamos! Por fin, la Mitología y el Ideal místico están superados. 
¡Estamos por asistir al nacimiento del Centauro 
y pronto veremos volar a los primeros ángeles!

Filippo T. Marinetti, Fundazione e Manifesto del Futurismo, 1973


Ayer cerraba el festival Bahia[in]sonora. Antes de llegar había estado escuchando una bella (sin “aura”) exposición sobre las máquinas eróticas de Duchamp, el tema de la apariencia y juego en la aparición del ready made, del filósofo argentino Ricardo Ibarlucía. Cómo éstas habían tornado arte, objetos cotidianos (como en el El gran vidrio. La novia puesta al desnudo por sus solteros, aun, de 1915) que se transformarían en la nueva belleza mecánica de la era de la reproductibilidad y habían buscado un espectador por primera vez, activo: La “estetización de la máquina”, transformada en “objeto de todas las cristalizaciones oníricas”, conduce a su creciente “erotización”, reemplazando en adelante a la modelo que posa desnuda en el atelier del pintor…celebración de las “sensaciones dinámicas” del movimiento y de la luz, como destructores de la “materialidad de los cuerpos”.” (Ibarlucía, Belleza sin aura, 341-42).

Casi como un continuo de las máquinas que abandonaba, el ingreso a la sala central de Ferrowhite Museo/Taller, me transportaba sin pausa a esas núbiles, esas novias del ensamble femenino Música Innova, que con su acción sonora Interferencias, aparecían rodeándonos, percutiendo las "máquinas" del Ferrowhite: bielas, reguladores de locomotoras, ruedas y palancas, pronunciando "arde el lenguaje", en una sentencia que me recordaba lejanamente al Heidegger de Hölderlin…, a nuestro Gelman,… y otra que nombraba al "sentido común", lo único con lo que contamos, y que prontísimo me trasladaba a Hanna Arendt, las reflexiones sobre el nexo entre imaginación y política.


Antes de entrar a la sala de concierto la videoinstalación de Pablo Magne y Ricardo de Armas. REM. Un sueño en blanco y negro con largos baches negros como intermitencias a modo de movimientos oculares, esa fase del sueño protector de las memorias, coloreado con lejanos fragmentos de música orquestal de fondo y salmodias.

Si Bahia[in]sonora había sido el gran plato de frescura auditiva que acompañó el reencuentro luego del aislamiento preventivo, esta vez, venía acompañado de una literal degustación-maridaje de sonido y sabor, al estilo de Lili García; quien hipnóticamente me llevó de la nariz, hasta la piel de los limones de Calabria.

La intervención de Facu Feels acompañado del dúo Zanzeri-De Armas interpretando Adagio y sarabanda de Michel Correte (1741), estiraba aún más la idea de la máquina como objeto estético, hacia la del hombre-máquina y la de “cuerpo de juego”: “La sobreexcitación estética contrarresta el proceso de anestesiamiento de la percepción en el mundo maquinizado, “la crisis de la experiencia cognitiva causada por la alienación de los sentidos”…”un mecanismo, un dispositivo que al activarse, libera una “espacio de juego” que rehabilita la percepción, dando lugar al despliegue de la imaginación y la creatividad, así como a la experiencia corporal que el espectador hace del objeto” (348).


Y si empezamos hablando de máquinas, Rocío Palma y su performance de flauta traversa y electrónica en vivo con SoLow, herramienta interactiva creada por la finlandesa Maija Anttila, llegaba a lo transhumano. Contrapunto aleatorio entre humano y máquina donde no podía reconocerse separación nítida. ¿Habría ahí alguna lejana reminiscencia de búsqueda interactiva sobre los ritmos carnáticos?

Las intervenciones de Ars[in]sonora ampliaron todavía más lo ya escuchado a lo largo del festival. En una primera intervención, dos chimenteras se regocijan, chusmean, alardean y finalmente, liquidan al personaje en cuestión-de-danza; al mejor estilo de Henri Michaux en Le grand combat. En la segunda y última intervención, el grupo Ars[in]sonora exploró el lenguaje a medias. El balbuceo. La distorsión. La cosa a medio decir. La mitad de verdad…


Me pregunto si salimos otros de este baño sonoro inmersivo al que nos sumergieron durante las cuatro entregas. Márgenes, bordes, desfiguraciones, distorsiones, verdad a medias. Nunca la música bahiense había llegado hasta ahí, había decidido de una vez perderse en sus costas… Como esa máquina erótica de Duchamp que perpetúa la idea de un arte fuera del canon y una estética sin aura; maridaje de arte y vida, desde la íntima cercanía de pistones y utensilios, teléfonos y manivelas.


Marianela Calleja

martes, 14 de diciembre de 2021

SE VIENE EL ÚLTIMO


Se viene el último encuentro del año del ciclo de música y video BAHÍA [IN] SONORA, con la participación del ensamble de voces femeninas "Música innova", el grupo de creación en tiempo real "Ars [in] sonora", la flautista Rocío Palma y degustación de licores a cargo de Lili García. Este jueves 16/12, a las 21 hs., con entrada libre, gratuita y sin reserva previa.

domingo, 12 de diciembre de 2021

CON ESTE CALOR


¡A quién se le ocurre prender una estufa con este calor! Bueno, a nosotrxs. Pero antes de prenderla, tuvimos que aprender a fabricarla. El viernes y sábado llevamos adelante un taller de construcción de estufas rocket a cargo de Hugo Torres, nuestro "gurú del barro". Fue en casa de la familia Arribas Freideles, en el Bulevar, y nos acompañaron Titi, Graciela, Cocó, Vicky, Isabella, Romina, Mónica y Martín quienes, junto a los anfitriones Leo, Paola, Malena y Pía, pusieron el hombro y metieron cuchara para todo saliera tan piola como salió.




jueves, 9 de diciembre de 2021

UN BOSQUE EN RUINA



Sobre la madera de un ciprés caído, Juan Rey talló réplicas a escala de tres ventanas de la torre del Castillo. A primera vista, lo que se propone Juan parece simple. Pero quien preste un poco de atención a sus obras, comprenderá que lo que tiene delante es algo muy distinto a una mera copia.
Juan no esculpe esas ventanas tal cual las dibujó sobre el plano José Molinari, el arquitecto que diseñó la usina a fines de los años 20 del siglo pasado, sino tal cual lucen hoy, a más de 30 años del cierre y posterior desguace de la central eléctrica. Juan esculpe fragmentos de una ruina. Pone en relación el edificio desmantelado con un árbol seco, las marcas en la piedra con los anillos de la madera.

Con sus ventanas, Juan abre un pasadizo. Nos invita a contemplar el tiempo de las construcciones humanas en perspectiva con los tiempos de eso que llamamos naturaleza. Y al revés, imagina la posibilidad cierta de una naturaleza que, atravesada por la historia, se convierte en ruina. Como pasa con el Castillo, sus esculturas tienen la fuerza de una aparición, la presencia inquietante de lo que parece cercano y distante a la vez.


En las ruinas cada época mira hacia el enigma de su pasado. Sin embargo, también es posible pensar que en esos restos anida la pregunta por el futuro. Las ruinas nos devuelven una imagen de nuestra propia caducidad. En su capacidad asombrosa para capturar el detalle, estas tallas vuelven tangible una experiencia de pérdida, la percepción de que algo se nos escapa en lo que vemos. Como si la escultura no buscase fijar las cosas fuera del tiempo sino apenas su impermanente devenir.

Fabricar estas ventanas es fabricar un punto de vista. Modelar un umbral por el que el ojo se abisma entre la mole y su modelo, entre el afuera y el adentro, entre el Castillo que vemos y lo que -si no estuviera cerrada- veríamos desde la usina, entre lo que en ella se viene abajo y lo que todavía queda en pie. Porque no sólo observamos estas esculturas, miramos a través de ellas y, en ese salto al vacío, algo a través de ellas nos mira para, tal vez, pedirnos explicación.


Separada del conjunto, reducida en tamaño, cada ventana adquiere el porte de un pequeño altar. Un altar portátil para un castillo vagabundo. La idea de Juan es que su obra procesione, circule por casas, comercios, clubes y escuelas, llamando la atención sobre la usina en sombras y la necesidad de su puesta en valor. Pero se trata de un altar sin santo. Sin una estatuilla sagrada que nos garantice a dónde conduce ese “más allá” que asoma ahí donde el torno convierte a la madera macisa en una lámina delgada, finísima, capaz de atrapar la luz.

“Un bosque en ruina” puede verse en la Casa del Espía, de lunes a jueves, de 9 a 13 hs., los viernes, de 9 a 17 hs., y los domingos, de 16 a 20 hs. Las imágenes de esta publicación son de Juan Pablo Ferlat.

viernes, 26 de noviembre de 2021

DES-CONCIERTO

Marianela Calleja apunta sus impresiones del tercer concierto del ciclo 2021 de Bahía [in] sonora.

  
And it might very well be that producing frames of thought within which
                                              important ideas may take root, flourish and breed is, in the long run, even
more effective than just putting forward important ideas.

Jos Kunst

Des-concierto

Producir marcos sutiles en los que ideas puedan echar raíz, florecer y multiplicarse, o experimentar espacios virtuales donde nuestro cuerpo no llega y sin embargo permitir movernos dentro, son de las experiencias más intensas que la música puede provocar. En las propuestas sonoras, visuales, corporales, táctiles, que se sucedieron anoche, ampliamos los marcos y los espacios, más allá de los márgenes y profundidades habituales.

Patricia Galassi, en El cuerpo suena emociones poesía sonora, pone orden con su resonante llamado al des-orden y diseña una puesta performática donde cada secuencia agrega sentido. Atragantada empieza un monólogo sobre la imposibilidad de la voz de las silenciadas, las vulneradas. Se ahoga en palabras hasta salir desde un fondo propulsada con fuerza a superficie. (Si, mi amor, si mi amor, si…: Sí a mi amor. A-mi-amor). Se infla de palabras hasta estallar. Explora extremos, grita o susurra, para que quede bien claro, y en diversos idiomas. Denuncia. Tiembla. Y con todo, asume un goce, un goce que se expande por el perímetro de la sala sin poder tocarlo, vaga y pulsa un desorden primigenio, de una animalidad sin interpretar todavía. Deja latir lo que todas sabemos, el oído reacciona a ese instinto porque parimos, o partimos, o nos partimos.


Habíamos escuchado de Alberto Carranza Temporalidad vítrea, antes de estallar, la primera intervención de Ars[in]sonora. Auday, Caprin, De Armas, Del Valle, Zanzeri, juegan a la búsqueda del sonido como deslizándose sobre hielo o como en un espejarse en el agua. Diferentes modos de verter y lavar. Chorrear o llover, donde los arcos se vuelven recipientes, los encordados son percutidos como botellas. Escuchamos la percusión vítrea del tiempo que se congela, se tritura, se detiene; fluye.

Lux Propagation Difundí de la artista acusmática Camila Albarracín nos introduce en un ambiente donde el sonido por efecto de la luz que va tomando sus recorridos, sus túneles, sale y se torna colores. Timbres y siluetas variantes dejan flotar a gusto el aire en la sala. Interferencias también que amenazan disonantes. Cortocircuitos que balancean el regreso premeditado a ese estado previo de la inocencia.

Ya estamos más allá del espacio conocido. Adriana Fernández, Agostina Carra y Alfredo Miranda descienden en una nave compacta donde la referencia al tiempo se hizo imprecisa y nos llevan más allá. Estamos pisando un espacio otro. Surreal. Algún fragmento de luna.


Se prepara así el escenario para la performance de la puesta free style de Facundo. Levedad, falta de gravedad, pero asimismo articulación precisa, torsión, incluso cuerpo a las balas, sudor final, son los gestos de un cuerpo vivo, que habla lo que la música le apunta.

En la antesala, nos esperaba La llamada. Instalación de teléfonos de cable espiralado corto, escaso margen al movimiento, aquellos donde el cuerpo debía todavía equiparar sus fuerzas con el aparato, la oreja pegarse, la escucha desacelerarse; nada de manos libres, ni altavoz, ni doble velocidad. Voces de Leandro Mantiñán, Ruido de montañas de Ana Gamboa y Elogio de la locura de Roberto Rue me hicieron viajar al tiempo de las cabinas, las monedas, pero también prontamente, hacia territorios de otros ritmos, o llamadas saturadoras que queremos dejar antes de terminarse, llamadas que nos enloquecen. La llamada de Raúl Minsburg anunciada en programa, inadvertida. ¿Una llamada al silencio?

Una videoinstalación al final me deja a solas con la quietud perfecta de los diseños de mandalas, vibraciones como las figuras de Chladni, que van configurando zonas de concentración y disipación de la materia. El sonido se ha vuelto todo color donde sumergirse y el cuerpo, a esa altura de la noche y la experiencia, ya no busca consistencias.


Marianela Calleja

lunes, 1 de noviembre de 2021

EL REVENTÓN

En Ferrowhite, La Noche de los Museos estalla con maquetas de trenes, charlas de historia ferroviaria, cocina en horno de barro, pintura mural, teatro comunitario, choripán a precios populares, una muestra del artista Juan Rey, canción romántica con Amores en Orsai, cumbia con La 500, rock con Polaroid, y un set de electrónica a cargo del DJ Franco Tamburi.

Nuestro cumpleaños cae justo para la Noche de los Museos. Lo celebramos recibiendo al 5to Encuentro Nacional de Ferromodelismo ESCALA REAL que la Asociación de Amigos del Castillo organiza bajo el lema "1.000.000 de manos para recuperar a la usina".

Además, las familias del taller Prende te muestran todo lo que hicieron en este 2020, encendemos el horno de barro para convidar cosas ricas, el grupo de teatro comunitario "Que se metan todos" nos adelanta una escena de su obra "Los garufas de Guaite", y te invitamos a cantar y a bailar con nuestras bandas amigas.

Ah! y abrimos las puertas del Castillo para inaugurar las increíbles esculturas de un señor que, como no podía ser de otro modo, se apellida Rey.


viernes, 29 de octubre de 2021

NOTAS EXTENDIDAS

¡Qué difícil es hablar de la música! Decir algo sensato acerca de lo que el oído capta sin que la lengua sepa cómo traducir. Ayer fue el segundo concierto de Bahía [in] sonora. En estas notas, Marianela Calleja escribe su escucha, nos cuenta sus impresiones desde la platea que improvisamos anoche, "saborea sonidos como si le hicieran agua la boca”.


Derrida proponía leer en los márgenes. Esos espacios que aparentan ser el lugar digresional de un discurso, porque muchas veces nos sorprenden arrojando lecturas tangenciales, como cuando uno alegremente toma un desvío. Lo que escuchamos ayer en Ferrowhite, es marginal. Arrojemos entonces algunas pistas para empezar estas notas, un ensayo sobre la consigna: “Improvisar todo, levantando por sobre un pianississimo”:
Viajar de noche hasta Ingeniero White desde el centro de Bahía Blanca para asistir a un concierto de creaciones en tiempo real, videos intervenidos y músicas acusmáticas, ya anuncia bordes. Estacionar y entrar a Ferrowhite con la usina iluminada, intensidades.



Colores suspendidos -deconstrucción para violonchelo y contrabajo- es la primera pieza del dúo Auday-De Armas, que abre la noche casi como una meditación sobre tonos, que se desprenden de su materia para ir a espacios sonoros íntimos, o como una pesquisa sonora de espíritu detectivesco a puro lentes ahumados, o antifaces de superhéroe. Escuchamos las pinceladas con la cerda del arco tocando, encendiendo y volatilizando puentes, maderas, encordados; en un momento culminante una fricción, como queriendo agarrar esa supuesta sustancia, pellizcar las cosas, y tampoco. Todo para dejarnos a la escucha, suspendidos…
La primera intervención del grupo de creaciones Ars[in]sonora se escucha en A siete kms de acá obra de música y video realizada en colaboración por Nicolás Testoni, Marcelo Díaz y Ricardo de Armas que encontramos en una pantalla antes de pasar a la sala, y que se presenta en esta ocasión como un homenaje a Pedro Marto, vecino y amigo del museo. Un crudo contraste entre imágenes saturadas, cargadas de colores portuarios, vivos, como la del caminante y su perro sobre calle o cangrejal, o la máscara kitsch, eso que Benjamin llamó “la imagen más acabada de la infancia”, entre onírico y perturbante, aparecían y se desvanecían, chorreadas de color puro que los sonidos salpicaban; intercalados los grises eso sí, del polo petroquímico exhalando sus bocanadas.

Creación en tiempo real 1 es la primera de las tres intervenciones luminosas que se irán intercalando con dos obras acusmáticas a media luz. La performer Patricia Galassi suma a la batería de sentidos, el gusto. Saborea sonidos como si le hicieran agua la boca. Saca su batidorita, prepara espumas. Ya nadie sabe quién es quién porque ni los del escenario ni nosotros tenemos registro de separación alguna, ya el tiempo es otro. Degusta y traga y le desagrada; hay cosas que le desagradan…Y mete la cabeza de lleno en su lata y busca, o escupe, ¿qué hace? La acompañan, la sostienen finamente, la acompañamos todos. La música, una y otra vez, representando la esencia sin una referencia, los movimientos de la voluntad.
Javier Piñango es un español pionero de la composición acusmática, compone una pieza dedicada a este festival, para ser estrenada anoche: Espejismos. Bajan las luces, cierro los ojos y escucho motores, la motorización que se adueña de mi propio cuerpo, el bombeo de mi corazón y un oasis rojo, una visión en plena penumbra, fantasmas espejados. Demasiado corta, me digo, pero es propio de las visiones tomar una instantánea del tiempo.

A Creación en tiempo real 2 la sopla el viento. La flautista de Hamelin, Adriana Fernández, afina su piccolo y todos sus niños la siguen hasta limpiar el aire. Es un momento de reposo, sonoridades como destellos, llavecitas, semillas, trompetas que no anuncian clarines brillantes, sino que acarician, hacen temblar el sonido; por allí tonos que se destacan y ponen a todo como cintas de seda y se deslizan. Estamos disfrutando de alguna mañana primaveral que nos despierta. Fausto Caprín, Alberto Carranza, Agostina Carra, Jorge Del Valle, Andrea Zanzeri nos ponen afuera, al aire libre.
Tenés un acúfeno de la uruguaya Sofía Scheps continúa esta atmósfera anterior, aunque en dirección hacia adentro, introspectiva. Los acúfenos, zumbidos percibidos, ‘no reales’ solo en un sentido de definición estrecha, pero reales para los que los sentimos, se intercalan. Algunas veces la aguja del sonido, otras, armónicos debajo del agua, como en una placentera inmersión privada, única.
Creación en tiempo real 3 cierra la noche con todos los músicos interactuando. Nuevamente es la voz, ‘una voz (o dos) y nada más’, la que organiza la trama. Galassi vuelve, esta vez sale al diálogo Alfredo Miranda, en un portentoso, cageano nonsense; ya probó, degustó, comentó eléctricamente, se puso rabiosa, lloró, tragó mocos y volvió para llevarnos sin saber nadie adónde, lentamente. Era el final, toda la respiración se aceleraba. La batería de sentidos que nos habían hecho despertar, dosificadamente, se volvió cuerpo, cuerpo sonoro que vibraba. Se paró al frente de un orgasmo colectivo. Una escena viviente, de creación pura, de duración pura, que un solo gesto de silencio de aliento que se corta podía suplir con exactitud, y al que los demás siguieron sosteniendo sutilmente hasta acabar.
Cierra el concierto y Nicolás me invita a escribir unas notas: “Hay música, hay imágenes, faltan palabras”. Ya lo creo.

Marianela Calleja, Bahía Blanca 28 de octubre de 2021.