viernes, 6 de noviembre de 2009

¿DE QUIÉN ES ESTE RELOJ?


Mucha gente, cuando viene al museo, se maravilla al ver el espléndido reloj que está en la sala de muestra, y recuerda con nostalgia la puntualidad de los trenes de otros tiempos, y la belleza y precisión de los relojes (ingleses o franceses) que desde las estaciones de principio de siglo regulaban los ritmos de la vida misma de la ciudad y sus habitantes.

Sin embargo no fue ese el reloj que emocionó a Claudio Fabbi. Claudio fue tornero en TBB entre 1986 y 1992 y ahora tiene con su hermano una empresa de colectivos. Cuando vino el otro día trayendo un grupo de chicos de una escuela, recorrió el depósito y allí encontró el reloj que él veía todos los días, colgado de una pared, a casi cien metros de distancia, desde su torno.

Le das cuerda y anda perfectamente durante siete días, nos dijo, y abrió por detrás una puertita trampa, donde estaba la manecilla, todavía guardada.



Una y otra vez volvemos sobre este tema  Es que desde que empezaron a funcionar los talleres, especialmente las secciones fábrica, funcionaban en base al sistema de "contrata", o sea: en tantas horas, tantas piezas, por tanto dinero. Cada operación tenía su tiempo calculado, y el conjunto del proceso era seguido desde las oficinas centrales con un pizarrón en el que estaban indicados día a día con taponcitos de colores los pasos ya cumplidos, los que se estaban en ejecución y los que restaban aún.

Este sistema, puesto en práctica por las empresas británicas a principios de siglo, siguió implementándose, con modificaciones, cuando los ferrocarriles fueron del estado:
"La relación de las horas netas trabajadas y las horas disponibles de mano de obra determinan la eficiencia técnica del taller. Si relacionamos los importes de horas netas trabajadas y los importes de horas pagadas, obtendremos la eficiencia económica de la mano de obra. La productividad se mide con la relación de las horas netas trabajadas y las horas totales posibles de trabajar", decía Ferrocarriles Argentinos en 1970; el tiempo medido en horas-hombre es la variable fundamental para calcular los costos de los talleres,  en el Boletín de costos de Ferrocarriles Argentinos del año 1987.


¿De quién era este reloj?
¿El tiempo de quiénes marcaba?
¿Con qué tretas se le robaban minutos para el descanso, el mate, o los perritos?

¿Quién se lo quería llevar ese fatídico día (30-4-1992) en que 600 obreros de TBB y Maldonado recibieron sus telegramas de despido?
¿Cómo llegó al museo?

¿Quiénes manifestaron su conmoción al volver a verlo, después de estos años?
¿Qué sentido tiene que nosotros, en el museo, hoy, saquemos una foto como esta?

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