jueves, 26 de noviembre de 2015

ARRIBA LOS QUE VAN A WHITE


Siendo las siete y media de la tarde todo marcha sobre ruedas en la estación Constitución. Subir al tren parece fácil. La cosa fue llegar hasta acá.










miércoles, 25 de noviembre de 2015

UN MUSEO DE JUGUETE PARA LOS TRENES DE VERDAD



Mañana, junto al Museo del Juguete de San Isidro y la Agrupación Boletos Tipo Edmondson, ponemos en marcha "Qué rápido ruedan las ruedas del ferrocarril", una muestra itinerante de trenes de juguete preparada para circular por los vagones del ferrocarril real.

Este pequeño museo ambulante, compuesto por alrededor de 30 trencitos de distintas épocas, viajará circulando de vagón en vagón en el servicio de la empresa Ferrobaires que partirá este jueves, a las 19:45 hs., desde la estación porteña de Constitución con destino a la Estación Sud de Bahía Blanca. Luego, la muestra quedará en exhibición en las salas de Ferrowhite, donde se realizaremos un brindis inaugural el próximo domingo 29 de noviembre, a las seis de la tarde.

En nuestra colección minúscula cabe la historia de un país. O la historia de cómo ese país se soñó a lo largo del tiempo: trenes que acarrean frutas desde la Patagonia, trenes que transportan combustible de YPF, trenes llenos de pasajeros felices. Este es un museo con rueditas para llevar las reliquias del ferrocarril soñado hasta los pasajeros del ferrocarril actual. Y para jugar, porque de eso depende, en definitiva, nuestra capacidad para modelar el porvenir. Si tenemos éxito, puede que al cabo del trayecto ya no se sepa si viajamos en un tren de juguete o jugamos con un tren de verdad.

El proyecto fue premiado en "La coronación", concurso de innovación museológica que se llevó a cabo en el marco de "El museo reimaginado", un encuentro de profesionales de museos de toda América organizado por la Fundación Typa y la American Alliance of Museums el pasado mes de septiembre. Su realización es posible gracias a un subsidio de la Fundación Williams.

El proyecto cuenta con la participación de Daniela Pelegrinelli, Marcela Giorla, Fernanda Tolaba y Tomás Caruso, del Museo del Juguete, Patricio Larrambebere y Ezequiel Semo, de la Agrupación Boletos Tipo Edmondson, Analía Bernardi, Guillermo Beluzo y Nicolás Testoni, de Ferrowhite (museo taller), y la colaboración experta del vendedor ambulante en trenes Eduardo "Cacho" Ramello.

martes, 17 de noviembre de 2015

SOBRE RUEDAS





La idea es convertir este viejo mueble burocrático en otra cosa. En unos días les contamos.

lunes, 16 de noviembre de 2015

LA GARGANTA PODEROSA


Si de lunes a viernes Ferrowhite funciona como una caja de herramientas, los fines de semana esa caja es, además, un instrumento. Un instrumento en el sentido musical del término. Una caja de resonancia que acumula y amplifica lo que vibra en cada garganta. ¿Por qué cantamos en un museo? Porque las canciones dicen, de vez en cuando, lo que sentimos, pero lo dicen mejor, con el ritmo y el énfasis que casi nunca nos está permitido. Por eso este karaoke dominguero puede que tenga menos que ver con imitar a alguien que con ser, a través de otros, nosotros pero distintos. Como si Manzanero, Aznavour o el Pity Álvarez fueran también whitenses o White tan ancho como el mundo entero.





jueves, 12 de noviembre de 2015

sábado, 7 de noviembre de 2015

NADIE SABE LO QUE PUEDE UNA HERRAMIENTA

Nuestra compañera Analía Bernardi escribió esta crónica sobre la jornada del 31 de octubre.


Un chico leyó el boleto que, a modo de pase, le habíamos dado para que jugara al Mecano de la Marea. Lo leyó y preguntó: “¿qué quiere decir el museo como herramienta?” Precisamente eso fue lo que intentamos pensar con l*s estudiantes de Museología I y II de la carrera de Historia del Arte de la Universidad de La Plata que estuvieron de visita por la ciudad y los museos de Ingeniero White el fin de semana pasado.

“Si el museo fuese una herramienta, ¿cuál sería? Y ¿por qué?” decía el pizarrón de “aviso al personal” que les daba la bienvenida en la entrada. La propuesta fue recorrer el museo con esa premisa. Atender a lo que las herramientas que hay en el museo (y que son muchas) nos sugieren como posibles metáforas de ese otro concepto, en función de los materiales con los que están hechas, de las características de sus piezas, de las actividades que posibilitan, de la potencia que esconden y que puede volverse acto en cualquier momento… y elegir tan sólo una.


Hubo quienes eligieron a la zorra de vía y una carretilla porque son las piezas que “cargan, llevan y traen la memoria de la comunidad”. Otros, en cambio, pensaron que la comunidad necesita ser de algún modo construida, y por eso prefirieron a la tenaza, la tuerca o el crisol porque vieron en ellas la capacidad para “sujetar y hacer encastrar, contener y mezclar las partes que componen a esta comunidad”.

Lucía, por ejemplo encontró que el engranaje era una buena metáfora de su idea de museo en tanto “que pone en funcionamiento la historia” y Julieta agregó la pala de balastro a la lista porque “remueve el pasado y saca a la luz las historias de vida”. Giuliana pensó en una llave de ajuste (y desajuste- agregó) porque “cuestiona ideas muy establecidas y genera otras nuevas” y Marcela eligió el serrucho “porque el museo sirve para mover el piso de las comodidades del pensamiento y la automatización de las acciones”.


Así se fue llenando, y llena de palabras, nuestra caja de herramientas estuvo lista para ser revelada e impresa en el taller “Prende” con la ayuda de l*s pequeñ*s expert*s. Pero antes, o mejor dicho después de una intensa jornada de trabajo, era el tiempo del descanso.

Cruzamos el parque y fuimos a compartir el almuerzo y el sol tibio de la tarde con l*s chic*s que desde la mañana estaban con todas las luces. Habían estado haciendo dibujos de observación directa del castillo y del entorno que rodea al museo, así que el cansancio y el hambre también se notaban por allá. Por suerte, ya habían llegado las pizzas y las tortas tan exquisitas como gigantes que Katty Aponte había preparado especialmente para la ocasión y que vinieron al pelo para reponer las energías dejadas en la labor.


Pero para ser fiel a lo que pasó ese día en el museo, también habría que contar que en el mientras tanto de unas y otras actividades, pasaron un montón de cosas: un asado por el cumpleaños de Zulema cocinado por Pedro Marto; una visita inesperada de un contingente de economistas ecuatorianos que con curiosidad y sorpresa preguntó “¿qué es la soja?”; un cuadro del castillo bordado en punto cruz que Manina Orzali trajo para mostrar y compartir junto con una pastafrola que estaba para chuparse los dedos; un perro que se pasó la tarde al sol…

Como los dientes de un engranaje, esos pequeños eventos se fueron sucediendo unos a otros, ocupando el espacio vacío que deja el anterior y, de ese modo, continuando el movimiento. Así funciona el museo, extraña herramienta de la cual no tenemos manual de instrucciones, pero que con el uso diario intentamos mantener alistada, es decir lista para sorprendernos con el próximo acontecimiento por venir.


viernes, 6 de noviembre de 2015

UN MUSEO EN LA MOCHILA




El fin de semana pasado, estudiantes de las materias Museología I y II de la Carrera de Historia del Arte de la Universidad de La Plata viajaron hasta Ingeniero White para conocer el Museo del Puerto y Ferrowhite. Marcela, Victoria, Vito, Lucia, Abril, Giuliana, Sara, Axel, Julieta, Daniela, Antonella y la docente Marcela Andruchow, traían un par de preguntas pesadas en la mochila: ¿Qué es un museo comunitario? O, en todo caso, ¿Para qué sirve?

Acá los esperábamos con las chicas y chicos del taller "Prende" para poner a prueba la idea de que no es posible entender de qué se trata Ferrowhite sin poner en marcha sus herramientas. Porque un museo taller son todas las herramientas que guarda pero también todas las que es capaz de inventar a la hora de organizar un sentido de comunidad o de intentar transformarlo.


Por eso caminar alrededor del castillo, tomar en cuenta lo que cuenta Pedro Marto e hincar el diente en las pizzas que preparó Katty Aponte, fueron parte de una misma secuencia intensa. ¿El museo es una "llave para desarmar prejuicios" o para "ajustar nuevos conceptos"? ¿Es una "pala que exhuma historias olvidadas" o un "crisol en el que mil identidades se sacan chispas"?

La pregunta inicial solo puede responderse en forma de nuevas preguntas. Interrogantes que solo adquieren peso al convertirse en actos concretos: observar, discutir, dibujar, anotar, buscarle la vuelta, volver a discutir y pasar en limpio, armar un shablón con todo eso y revelarlo para después, junto a los pequeños expertos, imprimir con énfasis indeleble las remeras que nuestros amigos platenses se llevaron a casa abajo del sweater o dentro de la mochila.


miércoles, 4 de noviembre de 2015

NO SOLO UN ACCIDENTE

Compartimos lo escrito hoy por nuestros compañeros del Museo del Puerto de Ingeniero White 
respecto de la explosión sucedida ayer, junto con esta entrada publicada en nuestro blog allá por 2013: http://museotaller.blogspot.com.ar/2013/02/kayak.html




La explosión de ayer en la planta de polietileno de baja densidad (LDPE) de la empresa Dow Chemical no es un accidente puntual ni una mera cuestión técnica.

Esta explosión se conecta con los escapes de cloro del año 2000, es una cuestión histórica y política. Es el emergente de una situación estructural: la asimetría entre la producción portuaria y las condiciones de vida del pueblo a partir de la implementación del modelo neoliberal en los años ’90, donde las condiciones de vida de los vecinos no fueron tenidas en cuenta. Se reparten desigualmente ganancias y riesgos.

Lo que se renueva es el reclamo de las vecinas que percibieron primero en su vida cotidiana, en sus plantas, en sus margaritas, cómo su vida era afectada: el Estado es quien debe hacerse cargo de esa relación conflictiva y tratar de privilegiar el bienestar de los vecinos.

(La foto de la explosión es de Raúl Gómez)