lunes, 29 de abril de 2019

UN CUENTO CANTADO



Así fue la presentación de la obra Bastián y Bastiana, un cuento cantado de W.A. Mozart, a cargo del Coro de Clarinetes Carmelo Azzolina, dirigido por Gustavo Kamerbeek; y el Taller de Opera del Conservatorio de Musica de Bahía Blanca, integrado por Eugenia Molina, Pablo Tagliabue y Julián Herlein, bajo la dirección de Felipe Hirschfield.








Nuestro agradecimiento especial a Hector Luis Herro por las fotos de esta obra.

sábado, 27 de abril de 2019

CONGRESO RIBEREÑO


Con Isla Invisible y La Rambla de Arrieta, nos fuimos a la Isla Maciel. En un rato arranca el Congreso Ribereño.

miércoles, 24 de abril de 2019

lunes, 22 de abril de 2019

HACER MEMORIA CANTANDO


Es cierto, las canciones pasan de moda, pero a veces también se convierten en historia, adquieren la capacidad de evocar el pasado y, por eso, de poner el presente en perspectiva. Porque las canciones están llenas de lo que ponemos en ellas, de lo que cada nueva versión, de la más célebre a la más humilde, hace con esa misma letra y esas mismas notas. Ayer arrancó un nuevo año de "Historias son canciones", el ciclo en el que Sarita Cappelletti y sus estrellas invitan a cantar de memoria y a hacer memoria cantando.





Las fotos de este álbum son de Emilio Orbe.

miércoles, 17 de abril de 2019

CANTAR DE MEMORIA




Este domingo de Pascua, el museo taller te invita a cantar de memoria, y a hacer memoria cantando, junto a Sarita Cappelletti y sus estrellas del Taller de Canto de la Asociación La Siempre Verde.

Durante la Fiesta Nacional del Camarón y el Langostino, Ferrowhite estará abierto al público los días viernes, sábado y domingo, entre las 15 y las 19 hs.

lunes, 15 de abril de 2019

¿DE QUÉ ESTÁ HECHA LA ESPUMA DEL MAR?



Entre las llaves que abren y cierran puertas en este museo hay una que dice "salida al mar". Pero esa "salida" es un poco una apuesta, ese "mar" más bien un anhelo. Cada vez que, como ayer, nos colamos por la pequeña puerta que va a dar a lo inconmensurable, hay que inventarse un camino por el ripio, un sendero más allá de las nociones que intentan cimentar una identidad firme, unívoca y rentable sobre ese suelo anegadizo.

"¿De qué está hecha la espuma del mar?" Prendida del alambre, la pregunta de Romina Tejerina invita a saltar los cercos de la usina, a avanzar hacia el linde barroso por el que Mariana Torres peregrina, o baila, con suma cautela, como en una cuerda floja, como si nuestra presencia en este sitio fuera el resultado, siempre provisorio, de hacer equilibrio al borde de la catastrofe.

"Bajo el barro se agita / todo un mundo misterioso". "¿Qué es este lugar que del mar sólo tiene el agua?". Para Eva Murari y Mónica Ortelli escribir sobre flamencos y cangrejos es escribir sobre todo lo que escapa, sobre seres que en el verso asoman una pinza o un pescuezo y después desaparecen. En esta comarca que unxs llaman "estuario" y otrxs "ría", debería quedar claro que no existe un paisaje al margen de los discursos que modelan su comprensión, ningún territorio a salvo de los intereses a los que, con mayor o menor conciencia, nuestras palabras e imágenes responden.

El libro que con caminata y lectura presentamos el domingo puede que no merezca ese nombre. No tiene tapas, no abrocha ni cose sus páginas, es un ramillete de hojitas medio silvestres, la memoria coral de un viaje que encuentra cobijo en el cartón de una caja que juega a ser, ni más ni menos, que una carpa: la residencia portátil de quienes sueñan la vida "como aquello sobre lo que nunca se establece propiedad, sino solamente uso común".

https://issuu.com/ferrowhite/docs/isla_invisible




 


martes, 9 de abril de 2019

MILES DE GAVIOTAS LEVANTAN VUELO



Este domingo vamos a presentar el primer libro de "Isla invisible", el proyecto de residencias en el estuario de Bahía Blanca que organizamos junto al Servicio de Guardaparques de la Reserva Natural “Islote de la Gaviota Cangrejera”. Habrá una visita guiada por la muestra que se exhibe en la planta alta de La Casa del Espía y un recital de poesía a cargo de Eva Murari y Mónica Ortelli.

El libro que, en versión física y digital, daremos a conocer este domingo retrata las alternativas del primer viaje del proyecto, del que participaron lxs artistas locales Laura Biadiú, Guillermo Beluzo, Massi Díaz, Julieta Gomez, Guido Poloni y Juliana Ramadori. En tanto la muestra "Miles de gaviotas", resultado del segundo viaje de "Isla Invisible", incluye obras de Darío Exequiel Ambrosio (Mendoza), Martín Amodeo (Bahía Blanca), Martín Baretta (Bahía Blanca), Maia Cosín (Gualeguaychu), Federico Lamas (Buenos Aires), Ana Monteiro (Lisboa), Romina Tejerina y Mariana Torres (Bahía Blanca).

jueves, 4 de abril de 2019

FUEGO FRATRIMONIAL


Las personas que visitan el museo no se quedan a vivir acá. A determinada hora, las puertas cierran, el equipo ficha salida y el público es invitado, cordialmente, a retirarse del lugar. En cierto sentido, estamos en el museo siempre de paso. Son las cosas, y no la gente, las que parecen ocuparlo de pleno derecho, las que han sido sido asignadas a residir en él de manera permanente. Repensar la institución museo implica, entre otras cosas, revisar esta relación de prioridad de los objetos sobre las personas. ¿Puede el museo funcionar como una casa? Y en tal caso, ¿De qué tipo de casa hablamos? ¿Qué formas del vivir juntxs es posible proponer bajo este techo?

El fin de semana que pasó, trabajadoras y trabajadores de museos de todo el país se juntaron en los museos de Ingeniero White. Comieron en la cocina del Museo del Puerto, levantaron carpa en el parque de Ferrowhite y, agotados tras explorar la ciudad, transformaron por un rato a nuestras salas en el campamento de una tribu que, a pesar de permanecer la mayor parte del año dispersa, elige pensarse como una hermandad: la fraternidad, o sororidad, de los que comparten no sólo un oficio, con sus alegrías y sus penas, sino también la confianza en que los museos, nacidos tantas veces para consagrar privilegios, pueden convertirse en una casa de iguales destinada a inquietar, aunque sea un poco, esas mismas jerarquías. Amuchadxs como fósforos en una cajita, lxs museólogxs mochilerxs encendieron en la noche del puerto su "fuego fratrimonial".











El primer Encuentro Fratrimonial fue organizado por la Asociación de Trabajadores de Museos con la colaboración del Museo del Puerto, Ferrowhite, el Galpón Enciclopédico de Bella Vista, y el apoyo del Instituto Cultural de Bahía Blanca. Más sobre ATM en:

lunes, 1 de abril de 2019

CELESTINA



Algunos la recuerdan alta y esbelta, otros petisita. Unos la conocieron joven, otros casi anciana. Está quien asegura que tenía ojos azules y quien sólo retiene de su aspecto el color de una piel curtida por el sol y la sal. En algún momento, Celestina Gómez se convirtió en leyenda. Como la de aquellos balnearios en los que pasó la mayor parte de sus días, la suya es una historia hecha de versiones innumerables y, a veces, contradictorias, un cuento contado a coro en el que las rutinas ordinarias de todo un pueblo se miran en el espejo de una existencia excéntrica, capaz de reclamar para sí el lujo soberano de pasarse la vida en traje de baño y chancletas.

"Usaba una vincha en la cabeza", "se ponía flores en el pelo", "se pintaba los párpados con corcho quemado", "los muchachos que trabajaban en DEBA la piropeaban", "si veía a alguien fumando le pedía un cigarrillo", "estaba enamorada de Raúl, el hermano de la cantante Nelly Omar", "le mandaba cartas escritas con lápiz de labios rojo". Algunos relatos hacen de Celestina una Penélope en eterna espera de un amor que se llevó el mar, pero tampoco faltan las voces que, en contra del estereotipo romántico, ven en ella a "una rebelde" que se animó a "vivir a su modo" en un tiempo en el que las mujeres tenían menos chances de elegir su destino.

"Reina del mar", "loca de la marea", ayer Celestina fue también una versión whitense de la Madame Butterfly de Puccini y de la Venus de Boticelli, en un museo que, lejos de custodiar alguna tradición "culta" o "plebeya", se dedica a traficarlas todas, bajo la sospecha de que sólo es posible conservar aquello que se transforma.

A les cantantes Valeria Mangano y Pablo Balestri, a Maribel y Valentina del dúo Yaga Plush, a los hermanos Leo y Gabriel Vecchietti de la banda Polaroid, al gran Pablo Oviedo, nuestro Boticelli en planta permanente, a Ida Muhamed, Tino Diez, Angel Caputo y a todxs los que ayer nos confiaron su testimonio, gracias.