martes, 5 de abril de 2011

HORMIGÓN ARMADO

Durante la guerra de Malvinas, el ejército argentino movilizó hacia el sur a miles de colimbas, muchos de ellos provenientes de provincias del norte del país. Los militares se valieron para tal fin una red ferroviaria cuyo trazado refleja aún hoy por esta zona el interés de las compañías inglesas que, tras la "conquista del desierto" consumada por ese mismo ejército, fueron dueñas de esos rieles durante más de cincuenta años.
 
La Central Termoeléctrica Luis Piedra Buena es quizás la obra de mayor porte que encaró la última dictadura en nuestra ciudad. En momentos en que el enemigo declarado del gobierno militar era la “subversión marxista”, su edificación fue posible gracias a un acuerdo con la Unión Soviética que estipulaba el intercambio de toneladas de cereal por grandes turbinas de generación eléctrica.

Chacho Gimenez trabajó en la construcción de "la Termo" desde sus inicios, en 1978, hasta los días previos a su completa puesta en funcionamiento en 1991, siempre como obrero de la contratista Benito Roggio e hijos S.A. La empresa trajo a White gente de todas las provincias. Un auténtico ejército federal levantó campamento en los alrededores de la obra. Había sanjuaninos, jujeños, salteños, entrerrianos, chaqueños, correntinos... También varios formoseños como Chacho quien terminó por quedarse a vivir acá, con su familia. Entre la gente del pago, figuraba un tal Ulises. Gimenez puede recordar el rostro, pero no el nombre completo de “ese paisano” suyo, accidentado el 5 de abril de 1982 y muerto 19 días más tarde, en pleno fervor malvinista, tras caer al vacío desde un andamio. 

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