martes, 26 de junio de 2012

LOS FERROCARRILES QUE LOS FERROVIARIOS IMAGINAN

Los ferroviarios que hemos entrevistado en estos años no solamente nos han contado sus historias, sus experiencias y sus oficios: todos de un modo u otro han planteado sus ideas acerca de cómo podrían mejorarse los ferrocarriles y qué características específicas debería tener esa reorganización en una zona de tanta importancia como la de Bahía Blanca. Y más allá de la factibilidad inmediata de las ideas propuestas, hay varios puntos en los que las coincidencias son notables.

Andrés Cortéz, cambista.

A principios de este año Juan Carlos Cena nos invitó a participar de su próximo libro “Ferrocarriles Argentinos. Destrucción / Recuperación.”. Con la premisa de la reconstrucción en mente, consultamos a Darío Aldo Temperini, Mario De Simón, Adolfo Blasco, Raúl Rial y Pedro Caballero, y a partir de sus escritos y comentarios elaboramos este informe, que esperamos sirva como un punto de partida posible para todo lo que queda por hacer de acá en más.

ALGUNAS IDEAS SOBRE LA RECUPERACIÓN DE LOS FERROCARRILES
EN LA ZONA DE BAHÍA BLANCA E INGENIERO WHITE

Una empresa ferroviaria al servicio de los argentinos debería de ser, sin duda, el resultado de una política de Estado y debería formar parte de una empresa nacional que articule de modo coordinado todo el sistema de transporte y logística del país.

Esa empresa ferroviaria tendría que estar descentralizada; en las ciudades de importancia estratégica como Bahía Blanca, Olavarría, San Antonio Oeste, o Neuquén, tendría que haber subgerentes operativos, con autonomía para resolver problemas y tomar decisiones sin  necesidad de consultar constantemente a una gerencia en Buenos Aires. En ese sentido sería fundamental evitar la estructura burocrática que en otros tiempos caracterizó a la empresa Ferrocarriles Argentinos, cuyo esquema de gerentes, jefes o presidentes no hacía más que repetir la estructura que funcionaba al frente de cada uno de los cuatro ferrocarriles (Roca, Sarmiento, Mitre y Urquiza), y cuya función no era estrictamente ejecutiva sino política.

Teniendo en cuenta la ubicación tanto del puerto como de la ciudad, Bahía Blanca debería convertirse nuevamente en uno de los centros operativos de esa empresa nacional, desde cuya jefatura a nivel local se coordine todo el tráfico de pasajeros y mercaderías de la región, el alistamiento y reparación de locomotoras, coches y vagones de carga y el aprovisionamiento de partes, repuestos y materiales necesarios.

Dado que al puerto de Ingeniero White llega todo el cereal que se produce en la zona del sudoeste de la provincia de Buenos Aires, sería fundamental implementar el transporte a puerto de las cosechas por ferrocarril, reactivando las vías que convergen hasta este punto, como un abanico, desde Darregueira, Pringles, Dorrego. Lo mismo podría suceder con el transporte tanto de fruta como de petróleo desde Neuquen, y el valle del Río Negro. A futuro se podría realizar incluso una modificación radical del sistema de circulación ferroviaria en el puerto de Ingeniero White, haciendo que las vías sean paralelas y no perpendiculares a los muelles, con un trazado semicircular de entrada y salida, descargando el cereal con el vagón no detenido sino a marcha lenta sobre las rejillas, lo que permitiría operar a mayor velocidad y reducir a lo estrictamente necesario los mecanismos de control, evitando básculas, silos por un lado, y embotellamiento de camiones en los accesos a puertos por otro.


El otro eje central de la recuperación del ferrocarril en esta zona es, sin duda, el desarrollo de transporte de mercadería con contenedores, que actualmente se realiza casi en su totalidad por camiones, tanto la que llega al muelle multipropósito de Ingeniero White como la que circula hacia la Patagonia.

Un paso fundamental sería renovar totalmente las vías, tanto las que van hacia Buenos Aires, como hacia las diferentes localidades de la región para lograr un eficiente servicio de pasajeros, desarrollar velocidad y garantizar la seguridad para vehículos, viajeros y personal ferroviario. Así se reactivarían los trenes de pasajeros desde y hacia el interior de la provincia de Buenos Aries, así como hacia el sur del país, y ese tráfico revitalizaría a muchos pueblos que agonizan. Para ello, en la ciudad de Bahía Blanca, sería imprescindible modernizar radicalmente la estación Sud, tanto la playa y el edificio, como la infraestructura de servicios. Después, con el tiempo, se podría pensar en la implementación de trenes suburbanos, complementarios del transporte de colectivos –hoy en crisis en la ciudad- como fueron en otras épocas el tren obrero entre Bahía Blanca, Puerto Galván e Ing. White, el tren a Punta Alta y la Base Naval Puerto Belgrano, o los locales a Tres Arroyos, Dorrego, Patagones, Algarrobo, Medanos.

De los talleres ferroviarios con que contaba el país, Talleres Bahía Blanca Noroeste fue uno de los más grandes e importantes ya que no solamente se ocupaba de la reparación y reconversión de toda clase de vagones de carga y vehículos (furgones, chatas, tanques) sino que abastecía de piezas y repuestos a todos los talleres, galpones y estaciones de la línea. Como cabecera de zona, Bahía Blanca debería recuperar también esa función. Sin embargo en el transcurso de estos veinte años, esos talleres han sido desmantelados y demolidos. Por eso, debería montarse en la ciudad un taller de características similares. Una posibilidad sería aprovechar el inmenso predio donde están las instalaciones de los talleres Coronel Maldonado para transformarlos en una base operativa para la reparación de locomotoras y vagones de pasajeros y de carga, modernizándolos, tanto desde el punto de vista edilicio como de maquinarias y tecnología, ampliando el plantel de personal y recuperando la tradición de formación de  aprendices y de capacitación de estudiantes de las escuelas técnicas. Los talleres Spurr, en cambio, que se encuentran actualmente en manos privadas y plenamente operativos, podrían seguir teniendo a su cargo la reparación general de las locomotoras. Del mismo modo, y debido a su estratégica ubicación en el corazón del puerto, el depósito y galpón de locomotoras de Ingeniero White tendría que recuperar su función como centro de alistamiento y distribución de locomotoras. Habría que techar el abanico, y el taller de Vías y Obras también debería ser modernizado.

Se podría asegurar que una empresa así, con una administración eficiente podría estar en condiciones de cumplir una función social uniendo grandes ciudades y pequeños pueblos a lo largo y ancho del país, y con los hermanos países de Latinoamérica.

Informe elaborado por Ana Miravalles en base a los testimonios y escritos de:

- Darío Aldo Temperini, superintendente en Ing. White y Subgerente del Ferrocarril General Roca y Sarmiento.
- Mario De Simón, jefe de Talleres Bahía Blanca Noroeste.
- Adolfo Blasco, ayudante de superintendencia de Ingeniero White y Jefe de zona Locomotoras Ing. White.
- Raúl Rial, jefe de la oficina técnica de Talleres Bahía Blanca Noroeste y Jefe de Almacenes Bahía Blanca.
- Pedro Caballero, ajustador mecánico en el Galpón Locomotoras de Ing. White y en Talleres Maldonado.

2 comentarios:

Pablo_Benedicti dijo...

Muy bueno el informe Ana, muy buen trabajo el de volcar al papel las reflexiones de estos experimentados ferroviarios.

Ferrowhite dijo...

Gracias, Pablo. Un abrazo grande y, como siempre, te esperamos por el museo.