viernes, 11 de julio de 2008

DE LOMA PARAGUAYA A FERROWHITE

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El pasado miércoles dos de julio vinieron a conocer el museo, Janet, Lucila, Natalia, Mari, Magali, Braian y Luciano, todos chicos de Loma Paraguaya, además de Nieves y Adriana. En FerroWhite los esperábamos Silvia y Esteban (faltó José) con la intención de recorrer el complejo (para saber dónde estamos parados), conversar un rato para conocernos y, sin mucho preámbulo, aprovechar la tarde para ponernos a trabajar en el pañol del museo, que viene a ser como el taller de FerroWhite.

Una vez hecho el recorrido por los alrededores del castillo (la ex usina) y por algunas de las instalaciones del museo, nos pusimos a charlar, a preguntar y escuchar sobre los posibles orígenes de Loma Paraguaya.

Algunos se remontaron veinte años atrás, cuando el lugar se empezó a poblar con gente, muchos paraguayos, que venía a trabajar en la construcción y ampliación del Polo Petroquímico; otros lo identificaron con la existencia de un boliche o almacén que vendía, entre otras cosas, bebidas alcohólicas, atendido por un paraguayo hace muchísimo tiempo atrás.

La charla alrededor de la mesa fue acompañada por unas fotos en blanco y negro, recomendadas y facilitadas por Héctor Guerreiro (se agradece) que, presumiblemente, nos remontaban a uno de los tantos posibles orígenes del barrio. ¿Qué mostraban esas fotos?: una usina con su chimenea, pilas de leña a un costado de las vías, una estación de trenes con un jardín lleno de flores y mucho campo, sin ninguna casita a la vista. Todo, construido con capitales de ferrocarriles ingleses.

Entre tanta charla y fotos, se nos empezaron a mezclar las fechas, las nacionalidades y los accidentes geográficos: ¿y la loma? ¿o era una playa con palmeras? ¿la estación era inglesa? ¿o los paraguayos pusieron plata ahí? ¿a quién se le ocurrió plantar una palmera en este lugar?

Al rato de divagar, nos fuimos al pañol y nos pusimos a trabajar ¿Qué hicimos? Algunos (otros aprovecharon el solcito) estuvimos lijando partes de una balanza de hierro que, antes de estar oxidada, se la usaba en la estación de pasajeros de White para pesar encomiendas.

Justamente la idea de recuperar dicha pieza ( aunque la estación de White, como la de Loma, ya no existe) sirve para saber para qué se utilizaba, cómo se organizaba el trabajo alrededor de dicha pieza y quiénes le daban uso. Convencidos de que los objetos tienen su historia para contar (aunque eso queda para la próxima vez) vamos, de a poco, cumpliendo con las distintas etapas que abarca este tipo de trabajo. Un trabajo de reparación y restauración de piezas o herramientas que pertenecen a lugares que se han ido transformando con el paso del tiempo.
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