lunes, 31 de diciembre de 2012
domingo, 30 de diciembre de 2012
POR QUÉ BRINDAMOS
Difícil resumir todo lo que se hizo en Ferrowhite de enero hasta hoy, pero poco se pierde con intentarlo. Ferrowhite es un lugar en el que las cosas, además de ser exhibidas, se fabrican. ¿Y qué produce un museo taller? Un museo taller genera herramientas. Útiles para ampliar nuestra comprensión del presente y, por tanto, nuestra perspectiva del futuro, forjados en la labor con objetos y documentos del pasado, pero también en el cuerpo a cuerpo con la experiencia vital de cientos, miles de trabajadores que forman parte de, y le dan forma a, esa historia.
NAVEGAR SIN TEMOR
Arrancamos 2012 botando en las aguas de la ría el “Arca Obrera”, una balsa de supervivencia construida con bidones de agua en desuso. La embarcación es resultado de la tarea del equipo del museo junto a Roberto Orzali, Angel Caputo y Roberto ´Bocha´ Conte, trabajadores del mar. Inspirada en la balsa de tambores que, allá por los 70, utilizaban en su labor los buzos de la ex usina General San Martín, el Arca Obrera sirve para navegar por la ría, pero también para aventurarse en la historia de las transformaciones del espacio costero y su impacto en la Bahía toda. Entre el 11 y el 14 de octubre, el Arca unió Ingeniero White con el puerto de Buenos Aires para participar de Fase, un encuentro de arte y tecnología que se desarrolló en las salas del Centro Cultural Recoleta. Tal vez la pregunta implícita en el proceso de su construcción y uso es qué tipo de lazos somos capaces de tramar en el disenso, toda vez que de mantenernos unidos depende seguir a flote.
MOMO EN LA MAREA
Y la nave se bautizó con fiesta: la noche del 10 de marzo los ritmos del agua y del ritual reunieron sus ciclos y de tan raro encuentro vino a resultar ese cataclismo que llamamos el Carnaval de la Marea. Para los whitenses, la palabra “marea” alude no solo al movimiento del mar, sino además al extenso territorio que el vaivén del agua afecta. Un sitio en el que cada cosa varía su disfraz con los cambios de la luna, el movimiento de los vientos o el trabajo de las dragas. Un lugar en el que se exporta, se comercia, se produce, sí, pero también se vive y se festeja. Aquel sábado 10, dejaron su huella en el barro de La Rambla de Arrieta, los murgueros de la agrupación "Vía Libre", la compañía de acrobacia aérea "Fuera de Código", las bandas "La Cigarra", "Te va piola" y "Los de siempre", el grupo de candombe "Vamo' Arriba", los músicos Sarita Cappelletti, Chiche Ursino, Alejandro Paredes y Astor Vitali... Junto a ellos, una verdadera multitud cantó y bailó hasta que los pies y las gargantas se volvieron brasa. Como la marea, el carnaval se fue para volver.
Arrancamos 2012 botando en las aguas de la ría el “Arca Obrera”, una balsa de supervivencia construida con bidones de agua en desuso. La embarcación es resultado de la tarea del equipo del museo junto a Roberto Orzali, Angel Caputo y Roberto ´Bocha´ Conte, trabajadores del mar. Inspirada en la balsa de tambores que, allá por los 70, utilizaban en su labor los buzos de la ex usina General San Martín, el Arca Obrera sirve para navegar por la ría, pero también para aventurarse en la historia de las transformaciones del espacio costero y su impacto en la Bahía toda. Entre el 11 y el 14 de octubre, el Arca unió Ingeniero White con el puerto de Buenos Aires para participar de Fase, un encuentro de arte y tecnología que se desarrolló en las salas del Centro Cultural Recoleta. Tal vez la pregunta implícita en el proceso de su construcción y uso es qué tipo de lazos somos capaces de tramar en el disenso, toda vez que de mantenernos unidos depende seguir a flote.
MOMO EN LA MAREA
Y la nave se bautizó con fiesta: la noche del 10 de marzo los ritmos del agua y del ritual reunieron sus ciclos y de tan raro encuentro vino a resultar ese cataclismo que llamamos el Carnaval de la Marea. Para los whitenses, la palabra “marea” alude no solo al movimiento del mar, sino además al extenso territorio que el vaivén del agua afecta. Un sitio en el que cada cosa varía su disfraz con los cambios de la luna, el movimiento de los vientos o el trabajo de las dragas. Un lugar en el que se exporta, se comercia, se produce, sí, pero también se vive y se festeja. Aquel sábado 10, dejaron su huella en el barro de La Rambla de Arrieta, los murgueros de la agrupación "Vía Libre", la compañía de acrobacia aérea "Fuera de Código", las bandas "La Cigarra", "Te va piola" y "Los de siempre", el grupo de candombe "Vamo' Arriba", los músicos Sarita Cappelletti, Chiche Ursino, Alejandro Paredes y Astor Vitali... Junto a ellos, una verdadera multitud cantó y bailó hasta que los pies y las gargantas se volvieron brasa. Como la marea, el carnaval se fue para volver.
Los ferroviarios que hemos ido entrevistando a lo largo de este tiempo no solo nos han contado sus vidas y oficios: todos de un modo u otro plantean ideas acerca de cómo podrían mejorarse los ferrocarriles y qué características específicas debería tener esa reorganización en una zona de importancia como la de Bahía Blanca. Propuestas que, más allá de la factibilidad inmediata de su puesta en práctica, coinciden en más de un aspecto. A principios de año, Juan Carlos Cena nos invitó a participar del libro “Ferrocarriles Argentinos. Destrucción / Recuperación.”. Con la premisa de la reconstrucción en mente, consultamos a Darío Aldo Temperini, Mario De Simón, Adolfo Blasco, Raúl Rial y Pedro Caballero, y a partir de sus escritos y comentarios elaboramos un informe, que esperamos sirva como un punto de partida posible para lo mucho que queda por hacer de acá en más. Mientras preparamos para principios del próximo año la presentación del libro de Cena, el informe de nuestros ferroviarios puede consultarse acá.
CÓMO FUNCIONA LA COSA
Quién sabe si lo primero que convendría ver en este museo no son las manos de quienes lo sostienen. Andrea, Carla, Cristian, Marcela, Noe y Nicolás se reúnen, acá en Ferrowhite, todos los miércoles por la tarde. En estos meses, aprendieron a imprimir sobre papel y tela, por eso tienen los dedos llenos de tinta. Un museo taller deja marcas, crea una mancha identitaria que viaja debajo de las uñas. La serigrafía es una forma de organizar ese contagio. A diferencia de lo que pasa con las impresiones industriales, en la serigrafía no hay reproducciones exactas. Diez remeras recién impresas, todas iguales, todas distintas, parecen preguntar: ¿En qué nos parecemos, en qué somos singulares? Y la pregunta se transfiere, como la tinta a través de la trama finísima del sablón, al grupo de "aprendices" y "maestros" que se reúne en este museo a pesar de que el trabajo y la familia casi no dejan tiempo para otra cosa. Porque si la cultura presupone la tarea de un colectivo, no hay práctica cultural que valga la pena, creemos, si no es capaz de interrogar y transformar, aunque sea un poco, al colectivo que la pone en marcha. El taller cierra el año editando el Almanaque GIGANTE Ingeniero White 2013, del que, nos alegra decir, ya casi no quedan ejemplares.
El martes 4 de septiembre, Día del Inmigrante, Ferrowhite mudó su actividad a la Asociación Dante Alighieri. Allí presentamos "La lingua del Giretti. Idioma, inmigración y trabajo en Bahía Blanca a principios del siglo XX". Un poco charla, otro poco recital, el encuentro propuso pensar la relación entre la lengua y las condiciones sociales en las que se dieron tanto la partida como la llegada a estas tierras de miles de trabajadores. Puestas las cosas en perspectiva, quizás las migraciones, tanto las externas como las internas, resulten un fenónemo compartido por la mayoría de las sociedades modernas. Pero las corrientes migratorias representan mucho más que una fuerza de producción, a menudo barata, precarizada, esclava. Los migrantes reconfiguran los paisajes que atraviesan. A su paso, desafían tanto las nociones esencialistas de la identidad, como aquellos elogios de la "diferencia" que se enuncian al margen de los contextos territoriales específicos y de las luchas concretas por la igualdad. "Piernas tenemos, no raíces" sugirió Ana Miravalles, a manera de (provisoria) conclusión, para invitarnos a entender que las herencias culturales pueden ser el fundamento de una habilidad prospectiva para inventar, a partir de la mezcla, un futuro mejor.
AÑOS LUZ
El sábado 20 de octubre celebramos los 80 años de la inauguración de la usina General San Martín. La central que, entre 1932 y 1988, fabricó la energía necesaria para que encendieran las lamparitas del alumbrado público, se accionaran las norias de los elevadores del puerto y funcionaran cada una de las planchas, las heladeras y los televisores que fueron poblando los hogares de la ciudad y la región.
Junto a la Agrupación Espontánea de Artes del Movimiento, las bandas Polaroid, Los Nonos de Atilio y Bendita Sal, los músicos Sarita Cappelletti, Patricia y Marcelo Martínez, los chicos de la Orquesta Escuela de Ingeniero White y el taller de percusión de Spurr, celebramos a todos los que alguna vez trabajaron en la usina. Y otra vez, un montón de gente se acercó hasta el museo, en esta ocasión para manifestar sus ganas de colaborar en la recuperación del castillo como un espacio para la comunidad. Bajo esa consigna consagramos a San Atilio, patrono profano de la energía, de las profundidades y de los soñadores, un "santo de barrio", como se dijo por ahí, con más fe en la acción que en los milagros.
Durante 2012 liberamos, junto a Alicia Antich, al Dragón de la Draga; con Natalia Burdgart y el colegio Presidente Sarmiento organizamos el concurso de video "White en 1´"; con Pedro Caballero celebramos los 127 años del puerto exhibiendo 127 fotos memorables; y este fue también el año en el que volvimos a colaborar y le dijimos "hasta siempre" a nuestra amiga Mirta Colángelo... Quizás lo que acá se fabrica, de manera más o menos frágil, tentativa, siempre provisoria, son relaciones, una amalgama inestable entre palabras, imágenes, cuerpos y cosas que configuran, todas juntas, formas alternativas de entender y practicar la vida en común, a partir de revisar las jerarquías consagradas a la hora de contar el pasado, de analizar la coyuntura o de imaginar el porvenir de este, nuestro lugar en el mundo. O al menos esa es la idea, aún si, o justamente cuando, más de una vez nos sale otra cosa.
Porque Ferrowhite, esto también hay que decirlo, no es hijo de un método patentado puesto en práctica por una voluntad unánime, sino de la constante, muchas veces ardua negociación de nuestras diferencias. Hay quien piensa que con conocer con más precisión la historia de este sitio, previniendo así las generalizaciones apresuradas y los mitos (incluidos los progresistas) que esas generalizaciones fundan, alcanza y sobra. Está quien reclama, en cambio, que este museo estatal vale sobre todo por las intensidades que genera, por la capacidad de transformar al visitante, aunque sea por un rato, en un artífice de la historia. Y la verdad, importa menos decidir quién tiene razón, que el pequeño milagro de que sigamos trabajando alrededor de una misma mesa. La historia de este museo es también la historia de nuestra variable capacidad para convertir nuestras discusiones en una potencia. Y lo increíble es que a veces funciona.
viernes, 28 de diciembre de 2012
INOCENTES
En el año 1988 se estaban manteniendo las calderas de la usina General San Martín con presión, estando el compañero Fonollosa. Justo era el Día de los Inocentes y él recibe la órden de La Plata diciendo que se apagaban las calderas porque quedaban fuera de servicio y también el virador de la máquina 4 porque no iba a funcionar más.
28 de diciembre a las 10 horas.
Fragmento del libro en preparación "El castillo de la energía" de Nicolás Ángel Caputo.
28 de diciembre a las 10 horas.
Fragmento del libro en preparación "El castillo de la energía" de Nicolás Ángel Caputo.
viernes, 21 de diciembre de 2012
NAVIDAD EN LA USINA
A los Amigos del Castillo se les prendió la lamparita y decidieron transformar uno de los pinos del parque de la usina en un gran árbol de navidad al borde de la ría. ¡Felices fiestas para todos! (y gracias a Pablo y a Néstor, gruístas del Departamento de Electricidad y Mecánica de la Municipalidad, por la temeraria buena onda).
viernes, 14 de diciembre de 2012
¡UF!
Queridos Padres, Profesores, Alumnos: terminan las clases y en Ferrowhite nos da gusto confirmar que estamos fritos, fundidos, cansados hasta la médula, pero contentos. Porque cada visita escolar a este museo es cualquier cosa menos un paseo apacible al borde de la ría. Pasar por el museo taller invita a convertir el guardapolvo en un mameluco, a sudar la gota gorda en el acto de comprender que el pasado pasa pero también pesa, y huele, y mancha, para después, sí, comerse un sanguchito abajo de los pinos magníficos del parque de la usina.
Fueron meses intensos, trajinados por pibas y pibes que llegaron un poco de todos lados, y que acá hicieron de todo un poco. Muy bien 10 felicitado para los que se animaron a meter las manos en el barro del zanjón de la usina, para los que armaron ferrocarriles y elevadores con bidones de agua y botellas de leche, para los que se quemaron las pestañas calculando las cifras de (des)empleo que dejó la “reforma del Estado” en los años 90, y para los que cerraron bien fuerte los ojos intentando imaginar al castillo del puerto por fin recuperado. Juntos aprendimos que ferrocarril y modelo agroexportador, inmigración e identidad nacional, industrialización sustitutiva y privatizaciones, son “contenidos curriculares” a descubrir en un grano de trigo, en un torno de cuatro toneladas o en un casco amarillo que nos trajo la marea.
Párrafo aparte para los amigos que ponen el obrador de su memoria cada día en funcionamiento. Con puntualidad sarmientina, Pedro Caballero estuvo siempre ahí para levantarle la tapa a su cajón de herramientas, para contar historias de trenes que caminan solos y convertirse él mismo en un hombre locomotora. Con fotos de la fábrica Gorbatto, un pañuelos bataraz y un par de agujas que dan miedo, Ida Muhamed y Pedro Marto explicaron cómo era el trabajo con las bolsas de cereal, desde que la arpillera paquistaní pasaba por la máquina de coser hasta que la bolsa era despanzurrada de un tajo certero en las entrañas mismas del elevador. Si hasta Roberto Orzali se animó a volver a escena con una versión de bolsillo de “Flying Fish” para ser comparado por la crítica escolarizada, ovación mediante, con el mismísimo Cipriano, personaje de la obra de teatro “La isla desierta” de Roberto Arlt.
[Durante 2012 las visitas a Ferrowhite estuvieron a cargo de Analía Bernardi, Emilce Heredia Chaz, Carla Volonterio y Ana Miravalles].
Párrafo aparte para los amigos que ponen el obrador de su memoria cada día en funcionamiento. Con puntualidad sarmientina, Pedro Caballero estuvo siempre ahí para levantarle la tapa a su cajón de herramientas, para contar historias de trenes que caminan solos y convertirse él mismo en un hombre locomotora. Con fotos de la fábrica Gorbatto, un pañuelos bataraz y un par de agujas que dan miedo, Ida Muhamed y Pedro Marto explicaron cómo era el trabajo con las bolsas de cereal, desde que la arpillera paquistaní pasaba por la máquina de coser hasta que la bolsa era despanzurrada de un tajo certero en las entrañas mismas del elevador. Si hasta Roberto Orzali se animó a volver a escena con una versión de bolsillo de “Flying Fish” para ser comparado por la crítica escolarizada, ovación mediante, con el mismísimo Cipriano, personaje de la obra de teatro “La isla desierta” de Roberto Arlt.
¿Queda algo en el tintero? Este año las visitas fueron una oportunidad para reflexionar, precisamente, sobre la “función educativa” del museo. Qué tipo de actividades llevamos adelante, cómo se articulan con la labor en el aula, desde qué perspectivas trabajamos y con qué materiales contamos una, muchas historias, fueron algunas de las preguntas que nos hicimos junto a María Botero, miembro del CECA (Committe for Education and Cultural Action) y los estudiantes de las cátedras de Historia del Arte y la Cultura, y de Problemas del Conocimiento Histórico de la UNS. Con los coordinadores de turismo egresados del Centro de Formación Profesional 401 y los estudiantes del Profesorado de nivel inicial del Instituto Avanza, abordamos cuestiones relacionadas con el patrimonio urbano y la “ciudad educadora”. Finalmente, y recordando eso de que “el museo empieza afuera”, intercambiamos información y opiniones con los miembros de la Asociación de Guías de Turismo de Bahía Blanca y la Dirección de Turismo de la Municipalidad, sobre los recorridos, por vías, empedrados y rutas pavimentadas, que unen a este museo con el resto de la bahía.
Vaya entonces nuestro reconocimiento a los que se acercaron hasta este confín de la ciudad y se arremangaron.
A los docentes y guías:
Fernanda - Karina Magnelli - Noelia Rodríguez y Candela - Melisa - Cecilia Lagos - Lucrecia- Adrián - Silvia Mossman- Daniela Talamonti - Maura Granito - Jorgelina Tripolatti y Norma Bustamante - Nancy Rivas - Marina Carletti y Guadalupe Neubauer - Andrea Etcheverry, Mercedes Palloto, Patricia Jorge – Fernanda - María Gracia Parigiani- Nicolás Fernández Vicente - Agustín Hernandorena - Patricia Curcio - Mónica Girolimini y Analía Castía - Analía Luzarreta - Marina Di Meglio - Oscar Benítez - Silvia Samé – Paulina - Sarita Cappelletti - Leonardo Diez - Ana Mónica González - María Gracia Parigiani - Fabiana González y Diana Ribas - María José - Noelia Rodríguez - Daniel Ducos - Alejandra Vega - Yanel Martín- Diana Ribas - Marita Baleix - Andrea Pasquaré y Lorena Montero - Diego Herlein - Cristian Yánez - Adriana García - Natalia Guarda - Cintia - María Botero.
Y a los grupos e instituciones:
Jardín 905, Ing White – Salas de 4 y 5 años, Jardín 916- Salas de 3 y 4 años, Jardín Nº 932, Bulevar Juan B. Justo – Multisalas del jardín Antón Pirulero –
Mamás cuidadoras “Bambi” de Villa Rosario- Encuentro de Mamás cuidadoras “Noroeste”, “Grillito” y “Los Cerritos” - 1º Grado, Colegio Rosario Vera Peñaloza- 5º Grado, Escuela de Pedro Luro- 4º Grado Escuela Nº 78 – 6º Año, Escuela Nº 57 – 5º Grado, Colegio San Cayetano – 5º y 6º Grado, Escuela 21, Bulevar Juan B. Justo – 2º grado, Colegio Diego Thompson - Escuela 509 - 5º Año Colegio Sarmiento, Ing. White- 2º Año, Escuela de Comercio, UNS - 1º Año ESB, EMUNS – 1º Año ESB, Escuela Nº 21- 2º Año, Escuela Secundaria Nº 302- 4º Año, Escuela Secundaria Nº 5- 2º Año, Escuela Secundaria Nº 44 – 4º y 5º Año Escuela Secundaria Nº 16, Barrio Cooperación II- Escuela Secundaria de Monte Hermoso- 5º Año Escuela media Nº 8- 5º Año Escuela Media Nº 6 – 1º Año, Escuela Técnica Nº 3- 6º Año Colegio Victoria Ocampo – 6º Año Colegio de Saavedra – 4º Año, Escuela Nº3 de Tornquist – 6º Año, Colegio La Asunción – 3º Año, Escuela Secundaria Nº 317 – 4º Año, Escuela Secundaria Nº 338 – 4º y 5º año, Escuela Media Nº 11 de Villa Rosas – 3º Año ESB Nº 341 de Sánchez Elías – 3º y 4º Año, Colegio Diego Thompson – 1º Año Escuela Secundaria Nº 318, Villa Delfina – Sala de 5 años del Jardín y 2º Año Polimodal, EMUNS- Programa Envión de Stella Maris – Orquesta Escuela de Ing. White – Orquesta Escuela de Villa La Angostura – Centro Cultural “El rincón” de Va. Delfina – Centro de Formación Profesional 401, Ing. White – Cátedra de Historia del Arte y de la cultura, UNS - Profesorado Nivel Inicial del Instituto Avanza – Cátedra Problemas del conocimiento histórico, UNS-.
A todos, ¡Muchas gracias y hasta la próxima!
Vaya entonces nuestro reconocimiento a los que se acercaron hasta este confín de la ciudad y se arremangaron.
A los docentes y guías:
Fernanda - Karina Magnelli - Noelia Rodríguez y Candela - Melisa - Cecilia Lagos - Lucrecia- Adrián - Silvia Mossman- Daniela Talamonti - Maura Granito - Jorgelina Tripolatti y Norma Bustamante - Nancy Rivas - Marina Carletti y Guadalupe Neubauer - Andrea Etcheverry, Mercedes Palloto, Patricia Jorge – Fernanda - María Gracia Parigiani- Nicolás Fernández Vicente - Agustín Hernandorena - Patricia Curcio - Mónica Girolimini y Analía Castía - Analía Luzarreta - Marina Di Meglio - Oscar Benítez - Silvia Samé – Paulina - Sarita Cappelletti - Leonardo Diez - Ana Mónica González - María Gracia Parigiani - Fabiana González y Diana Ribas - María José - Noelia Rodríguez - Daniel Ducos - Alejandra Vega - Yanel Martín- Diana Ribas - Marita Baleix - Andrea Pasquaré y Lorena Montero - Diego Herlein - Cristian Yánez - Adriana García - Natalia Guarda - Cintia - María Botero.
Y a los grupos e instituciones:
Jardín 905, Ing White – Salas de 4 y 5 años, Jardín 916- Salas de 3 y 4 años, Jardín Nº 932, Bulevar Juan B. Justo – Multisalas del jardín Antón Pirulero –
Mamás cuidadoras “Bambi” de Villa Rosario- Encuentro de Mamás cuidadoras “Noroeste”, “Grillito” y “Los Cerritos” - 1º Grado, Colegio Rosario Vera Peñaloza- 5º Grado, Escuela de Pedro Luro- 4º Grado Escuela Nº 78 – 6º Año, Escuela Nº 57 – 5º Grado, Colegio San Cayetano – 5º y 6º Grado, Escuela 21, Bulevar Juan B. Justo – 2º grado, Colegio Diego Thompson - Escuela 509 - 5º Año Colegio Sarmiento, Ing. White- 2º Año, Escuela de Comercio, UNS - 1º Año ESB, EMUNS – 1º Año ESB, Escuela Nº 21- 2º Año, Escuela Secundaria Nº 302- 4º Año, Escuela Secundaria Nº 5- 2º Año, Escuela Secundaria Nº 44 – 4º y 5º Año Escuela Secundaria Nº 16, Barrio Cooperación II- Escuela Secundaria de Monte Hermoso- 5º Año Escuela media Nº 8- 5º Año Escuela Media Nº 6 – 1º Año, Escuela Técnica Nº 3- 6º Año Colegio Victoria Ocampo – 6º Año Colegio de Saavedra – 4º Año, Escuela Nº3 de Tornquist – 6º Año, Colegio La Asunción – 3º Año, Escuela Secundaria Nº 317 – 4º Año, Escuela Secundaria Nº 338 – 4º y 5º año, Escuela Media Nº 11 de Villa Rosas – 3º Año ESB Nº 341 de Sánchez Elías – 3º y 4º Año, Colegio Diego Thompson – 1º Año Escuela Secundaria Nº 318, Villa Delfina – Sala de 5 años del Jardín y 2º Año Polimodal, EMUNS- Programa Envión de Stella Maris – Orquesta Escuela de Ing. White – Orquesta Escuela de Villa La Angostura – Centro Cultural “El rincón” de Va. Delfina – Centro de Formación Profesional 401, Ing. White – Cátedra de Historia del Arte y de la cultura, UNS - Profesorado Nivel Inicial del Instituto Avanza – Cátedra Problemas del conocimiento histórico, UNS-.
A todos, ¡Muchas gracias y hasta la próxima!
[Durante 2012 las visitas a Ferrowhite estuvieron a cargo de Analía Bernardi, Emilce Heredia Chaz, Carla Volonterio y Ana Miravalles].
martes, 11 de diciembre de 2012
martes, 4 de diciembre de 2012
GIGANTE
“Cómo funciona la cosa”, el taller de
serigrafía de Ferrowhite, presenta su ALMANAQUE GIGANTE INGENIERO WHITE 2013, con espacio para organizar hasta el último
minuto del año que viene.
Coordinado
desde el año 2009 por Silvia Gattari y Malena Corte, el taller “Cómo funciona
la cosa” es posible gracias a un subsidio del Fondo Municipal de las
Artes.
Destinado
a vecinos de Bulevar, Saladero e Ingeniero White, “Cómo funciona la cosa” es un
taller para imprimir sobre papeles, telas,
cartones, plásticos y cualquier otra superficie que se nos cruce por el camino. En lo que va de 2012, aprendimos a construir shablones (matrices de trabajo), a
revelar y a imprimir, pero además de
adquirir una técnica, nos propusimos retratar la identidad de los espacios que
transitamos. Por eso este almanaque no solo cuenta los días
del año por venir. Cuenta, en dibujos que no vas a ver en ningún otro lado, el lugar
en el que vivimos y sus transformaciones, los cambios que nos atraviesan.
El
ALMANAQUE GIGANTE está a la venta en el museo, por la módica suma de 40 pesos, a beneficio de la Asociación Amigos del Castillo. Si nos llamás al 154254329 te lo mandamos a tu casa.
Etiquetas:
Cómo funciona la cosa,
Serigrafía,
Talleres
sábado, 1 de diciembre de 2012
POLIBIANA
He hecho en estos últimos años muchas entrevistas: a mujeres italianas, a trabajadores ferroviarios y portuarios, a inmigrantes y a hijos de inmigrantes. El que esté leyendo esto probablemente haya visto algo de este trabajo en Museo Taller, en Trentinos en Bahía Blanca y en Italianos en Bahía Blanca.
La utilización de entrevistas orales para escribir historia ha llevado a la proliferación, desde hace ya bastante tiempo, de numerosas investigaciones académicas. Algunas por supuesto son muy buenas.
Sin embargo creo que, en más de un caso, hay algo que no se está entendiendo bien, y se está haciendo un "mal" uso de las entrevistas. No me estoy refiriendo a un mal uso de la "experiencia", la vivencia, lo singular del recuerdo que una entrevista proporciona y que ninguna otra fuente puede dar. El testigo presencial, el que estuvo ahí, el que vio, vivió, recuerda y reelabora para poder contar (autoptés) es indiscutiblemente un referente ineludible cuando uno hace historia reciente.
El problema está en que, leyendo algunos de aquellos trabajos académicos o respaldados por la academia, encuentro que los datos proporcionados por la memoria son tomados así, de primera mano, y afirmados como verdad, sin haber hecho el trabajo básico, elemental, que es ir y contrastarlos con lo que muestran fuentes de información que no corren el riesgo de olvidar o confundir: o sea, diarios, actas, fotos, informes para corroborar o ajustar fechas, nombres, causas. Daría la impresión de que algunos olvidan lo básico.
¿Lo básico?: un señor le cuenta a un historiador profesional una huelga, en la que le paso "tal y tal cosa". Ese "tal y tal cosa", ponele que sí (si es que no lo contó ya muchas veces; porque si fue así, el entrevistado ya tiene un relato modelado al ritmo de las expresiones de interés y asombro de los entevistadores anteriores, incluso inducido por el relato o las expectativas con los que esos entrevistadores han iniciado la conversación). Pero la fecha de la huelga, las causas mas generales de la huelga, eso, hay que contrastarlo con otras fuentes. Si lo hubiera hecho, el autor se habría enterado de que en esa entrevista se está hablando de dos huelgas, sucedidas con tres años de distancia la una de la otra. (Y esa confusión le ocurre a muchísimos de los que participaron de esas dos huelgas).
¿Lo básico?: un historiador va hacer la historia de una institución barrial formada ochenta años atrás; y menciona en el cuerpo mismo del texto de historia, nombres, cargos, fechas. Yo leo eso, y enseguida me pregunto: ¿de dónde salieron esos datos? Revuelvo cielo y tierra, doy con un texto que transcribe el acta de formación de esa institución, los nombres y los cargos de sus miembros; y hete aquí que no coinciden, coinciden poco, coincide algún nombre, coincide el nombre de una persona conocida, cuyo nombre siguió sonando en el barrio, coincide evidentemente con lo que alguien recuerda y contó en una entrevista, lo que alguien recuerda que le contaron - porque ninguna persona viva pudo haber estado en la conformación de una sociedad ochenta años atrás-. No solamente inexactos: tampoco aquellos nombres, cargos o fechas que están en el cuerpo mismo del texto tienen referencia al origen de la información. Me podrán decir: bueno, en un libro sobre una institución barrial y que se supone que es de "divulgación" no vas a poner notas al pie. Ponele que no. Pero el trabajo hay que hacerlo bien igual, siempre, y con más razón, incluso, para que el texto sea fiable, si el que lo hace es un historiador profesional (profesional en este sentido, no en el de los títulos o cargos universitarios).
¿Lo básico?: no dejarse llevar tan fácilmente por la idea corriente de que usar entrevistas, y contrastar los datos con las fuentes son recursos o métodos antagónicos.
No sé por qué me preocupo tanto.
No sé si hay alguien más a quien estas cosas le preocupen.
Los que yo creo que se tendrían que preocupar, están muy ocupados y apurados en otras cosas.
Las modas académicas, la jerga y las disquisiciones teóricas formuladas en el aire y no como resultado de un trabajo de campo específico y concreto, y finalmente la urgencia por cumplir plazos administrativos (eso de entregar antes de tal fecha el resumen de un trabajo que, la mayor parte de las veces, aún no existe) pueden llegar a comerse la pasión y la seriedad que una tarea como esta requiere.
Publicado por nuestra compañera Ana Miravalles en su blog Parva.
La utilización de entrevistas orales para escribir historia ha llevado a la proliferación, desde hace ya bastante tiempo, de numerosas investigaciones académicas. Algunas por supuesto son muy buenas.
Sin embargo creo que, en más de un caso, hay algo que no se está entendiendo bien, y se está haciendo un "mal" uso de las entrevistas. No me estoy refiriendo a un mal uso de la "experiencia", la vivencia, lo singular del recuerdo que una entrevista proporciona y que ninguna otra fuente puede dar. El testigo presencial, el que estuvo ahí, el que vio, vivió, recuerda y reelabora para poder contar (autoptés) es indiscutiblemente un referente ineludible cuando uno hace historia reciente.
El problema está en que, leyendo algunos de aquellos trabajos académicos o respaldados por la academia, encuentro que los datos proporcionados por la memoria son tomados así, de primera mano, y afirmados como verdad, sin haber hecho el trabajo básico, elemental, que es ir y contrastarlos con lo que muestran fuentes de información que no corren el riesgo de olvidar o confundir: o sea, diarios, actas, fotos, informes para corroborar o ajustar fechas, nombres, causas. Daría la impresión de que algunos olvidan lo básico.
¿Lo básico?: un señor le cuenta a un historiador profesional una huelga, en la que le paso "tal y tal cosa". Ese "tal y tal cosa", ponele que sí (si es que no lo contó ya muchas veces; porque si fue así, el entrevistado ya tiene un relato modelado al ritmo de las expresiones de interés y asombro de los entevistadores anteriores, incluso inducido por el relato o las expectativas con los que esos entrevistadores han iniciado la conversación). Pero la fecha de la huelga, las causas mas generales de la huelga, eso, hay que contrastarlo con otras fuentes. Si lo hubiera hecho, el autor se habría enterado de que en esa entrevista se está hablando de dos huelgas, sucedidas con tres años de distancia la una de la otra. (Y esa confusión le ocurre a muchísimos de los que participaron de esas dos huelgas).
¿Lo básico?: un historiador va hacer la historia de una institución barrial formada ochenta años atrás; y menciona en el cuerpo mismo del texto de historia, nombres, cargos, fechas. Yo leo eso, y enseguida me pregunto: ¿de dónde salieron esos datos? Revuelvo cielo y tierra, doy con un texto que transcribe el acta de formación de esa institución, los nombres y los cargos de sus miembros; y hete aquí que no coinciden, coinciden poco, coincide algún nombre, coincide el nombre de una persona conocida, cuyo nombre siguió sonando en el barrio, coincide evidentemente con lo que alguien recuerda y contó en una entrevista, lo que alguien recuerda que le contaron - porque ninguna persona viva pudo haber estado en la conformación de una sociedad ochenta años atrás-. No solamente inexactos: tampoco aquellos nombres, cargos o fechas que están en el cuerpo mismo del texto tienen referencia al origen de la información. Me podrán decir: bueno, en un libro sobre una institución barrial y que se supone que es de "divulgación" no vas a poner notas al pie. Ponele que no. Pero el trabajo hay que hacerlo bien igual, siempre, y con más razón, incluso, para que el texto sea fiable, si el que lo hace es un historiador profesional (profesional en este sentido, no en el de los títulos o cargos universitarios).
¿Lo básico?: no dejarse llevar tan fácilmente por la idea corriente de que usar entrevistas, y contrastar los datos con las fuentes son recursos o métodos antagónicos.
No sé por qué me preocupo tanto.
No sé si hay alguien más a quien estas cosas le preocupen.
Los que yo creo que se tendrían que preocupar, están muy ocupados y apurados en otras cosas.
Las modas académicas, la jerga y las disquisiciones teóricas formuladas en el aire y no como resultado de un trabajo de campo específico y concreto, y finalmente la urgencia por cumplir plazos administrativos (eso de entregar antes de tal fecha el resumen de un trabajo que, la mayor parte de las veces, aún no existe) pueden llegar a comerse la pasión y la seriedad que una tarea como esta requiere.
Publicado por nuestra compañera Ana Miravalles en su blog Parva.
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