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El pasado sábado dos de mayo Julia y Esteban cargamos el baúl del auto, subimos al perro y partimos rumbo a la ruta 35 en viaje de excursión ferro arqueológica. Después de media hora de marcha, a la altura en que el arroyo Sauce Chico atraviesa la ruta, bajamos por los caminos vecinales de tierra.
Desde allí se divisa la vía del Noroeste a Bahía Blanca (BBNO) y un edificio abandonado – Kilómetro 55,180- que en otros tiempos sirviera de parada para las locomotoras y trenes de carga (carga de cereal y ¿hacienda?). También se perciben las alcantarillas, debajo de las vías, hechas para evitar posibles inundaciones ante las crecidas del arroyo. Allá fuimos.
Cruzando a campo traviesa llegamos al antiguo complejo: un edificio sin techo pero con las paredes de pie, un árbol que reposa sobre una de ellas, un pozo de agua y un juego de cambios hecho en Liverpool.
Una vez allí descubrimos entre el pajonal una mínima playa de maniobras con algunos desvíos. Caminando la vía principal dimos con otro pozo de agua (o aljibe), con las señales respectivas, las alcantarillas y un puñado de tornillos, remaches y trozos de vía que han sido renovados. Las inscripciones que allí aparecen revelan los vaivenes del capital a lo largo del tiempo: BAP, NO, FCS, FCGR, FM, FA.
El día se apaga y decidimos retornar con los bolsillos cargados de tornillos y remaches. Justo antes de emprender la vuelta a Bahía sentimos el sonido del tren y vemos cruzar, sobre estas mismas vías que parecían dormidas, un carguero de Ferro Expreso.
Desde allí se divisa la vía del Noroeste a Bahía Blanca (BBNO) y un edificio abandonado – Kilómetro 55,180- que en otros tiempos sirviera de parada para las locomotoras y trenes de carga (carga de cereal y ¿hacienda?). También se perciben las alcantarillas, debajo de las vías, hechas para evitar posibles inundaciones ante las crecidas del arroyo. Allá fuimos.
Cruzando a campo traviesa llegamos al antiguo complejo: un edificio sin techo pero con las paredes de pie, un árbol que reposa sobre una de ellas, un pozo de agua y un juego de cambios hecho en Liverpool.
Una vez allí descubrimos entre el pajonal una mínima playa de maniobras con algunos desvíos. Caminando la vía principal dimos con otro pozo de agua (o aljibe), con las señales respectivas, las alcantarillas y un puñado de tornillos, remaches y trozos de vía que han sido renovados. Las inscripciones que allí aparecen revelan los vaivenes del capital a lo largo del tiempo: BAP, NO, FCS, FCGR, FM, FA.
El día se apaga y decidimos retornar con los bolsillos cargados de tornillos y remaches. Justo antes de emprender la vuelta a Bahía sentimos el sonido del tren y vemos cruzar, sobre estas mismas vías que parecían dormidas, un carguero de Ferro Expreso.
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