martes, 24 de julio de 2012

CONCIERTO PARA BIGORNIA Y BIDÓN



Puede que Ferrowhite se defina menos por las piezas que atesora que por lo que somos capaces, entre varios, de hacer con ellas. "Sonamos", el taller que Fernando Zwenger puso en marcha el último domingo, invitó a chicos y grandes a jugar con el museo. Juntos convertimos a este taller en una gran sala de ensayo y a sus herramientas en los instrumentos de una orquesta extraña, dispuesta a descubrir timbres insólitos en tornos y bigornias y una cadencia en los movimientos de cada labor. Uno, dos, mil ritmos entrelazados que nos dejaron tarareando estas preguntas: ¿Y si entre trabajo y juego existiera algo más que una simple relación de exclusión mutua? ¿Y si jugar fuera imprescindible a la hora de comprender las historias de laburo que este museo registra, procesa, cuenta? Todo lo que es viejo, la que ya no sirve, es susceptible de entrar en un museo, pero también de convertirse en un juguete. Es decir, de transformarse, en manos de pibes y no tan pibes, en objetos sin una función fija, cosas con usos y sentidos imprevistos, en los que años, décadas, un siglo entero fluyen, tal vez, en el tiempo fugaz de una tarde de domingo.

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