Arreglatutti, porque si cada artefacto trae un "idioma" de fábrica, una lógica de armado y de funcionamiento que se expresa en la lengua seca de los manuales, se nos ocurre que las manos y las herramientas que intervienen en su arreglo "dialogan", en cambio, en una suerte de cocoliche, en un habla que tiene mucho de mezcla e invento. ¿En qué lenguaje se entienden, si no, la llave inglesa y la francesa? En aquel que un búlgaro y un italiano, un gallego y un hindú, un formoseño y un pampeano improvisaron, a lo largo de cien años, para coordinar su labor en las distintas secciones de los Talleres Bahía Blanca Noreste.
"Petitore", con ese nombre enigmático conocían los trabajadores de Talleres Bahía Blanca al almacén de materiales ferroviarios. Hay que ir a los papeles, revisar planos y planillas, para reconocer tras la voz "Petitore", el término "Petit Store" con el que los jefes ingleses habían bautizado a esa dependencia del taller a fines del siglo XIX. ¿Será cierto entonces que la palabra "bacán" proviene de "back hands", expresión en la que parece haber quedado capturada la imagen de ese remoto patrón británico que, vigilando el trabajo de otros, caminaba con las manos en la espalda?
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