¡Atentos! Ahí vienen De Simón y Peñacorada, Corvatta y Suanes, Lucas y Boccaccini, Foresi y Danei... Pasaron veinte años y estos hombres todavía se saludan por el apellido. Al que fue jefe lo siguen tratando como tal, aún si ahora todos se abrazan y ríen juntos. Los Talleres son también ese vínculo, cierto orden de relaciones más difícil de demoler que las propias paredes que le dieron sostén. Reconstruir esa trama es en parte el tema pero también la condición de posibilidad de este libro.
Para comprender cómo funcionaron los Talleres Bahía Blanca Noroeste, qué rol cumplieron en el desarrollo del ferrocarril y el puerto, en la historia de la ciudad y de la región, hubo que poner a su "maquinaria humana" otra vez en marcha. Reconectarla en el ir y venir de innumerables encuentros. Llegarse hasta la casa del capataz y la del peón, visitar con ellos las ruinas menguantes de la herrería, del galpón de montaje o del plantel de estopa, y recibir a todos en el museo con un mate tan amargo como algún que otro pasaje de esta historia.
En el diálogo, a veces polémico, con ese "sujeto plural" que, contra de toda idealización nostálgica o combativa, no garantizó nunca la homogeneidad de intereses de sus integrantes, pero que todavía parece ser capaz de mediar entre sus inevitables diferencias, fueron tomando forma las páginas que ahora empiezan a circular entre ustedes. También el abrazo del sábado y el nosotros precario de la presente crónica.
Sellado tras su cierre, el destino de los Talleres convoca sin embargo cuestiones abiertas: ¿Qué rol cumple, a 20 años de las privatizaciones, a 30 del retorno de la democracia, nuestro sistema de transportes en el desarrollo económico de la nación y en el mejoramiento de la vida de sus habitantes? O si se prefiere un interrogante más preciso y urgente: ¿Qué lugar le cabe a la industria ferroviaria nacional, a su capacidad instalada aún existente, en los actuales planes estatales de reacondicionamiento de las líneas de trenes? Desde luego, la historia de estos Talleres que permanecieron tanto tiempo apartados del interés público, no será a partir de ahora perfectamente nítida o evidente. Pero este libro tal vez colabore en la tarea de reconfigurar el juego de luces y de sombras que dificulta aún hoy ligar su trayectoria al futuro común.
Para comprender cómo funcionaron los Talleres Bahía Blanca Noroeste, qué rol cumplieron en el desarrollo del ferrocarril y el puerto, en la historia de la ciudad y de la región, hubo que poner a su "maquinaria humana" otra vez en marcha. Reconectarla en el ir y venir de innumerables encuentros. Llegarse hasta la casa del capataz y la del peón, visitar con ellos las ruinas menguantes de la herrería, del galpón de montaje o del plantel de estopa, y recibir a todos en el museo con un mate tan amargo como algún que otro pasaje de esta historia.
En el diálogo, a veces polémico, con ese "sujeto plural" que, contra de toda idealización nostálgica o combativa, no garantizó nunca la homogeneidad de intereses de sus integrantes, pero que todavía parece ser capaz de mediar entre sus inevitables diferencias, fueron tomando forma las páginas que ahora empiezan a circular entre ustedes. También el abrazo del sábado y el nosotros precario de la presente crónica.
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