miércoles, 29 de junio de 2016

PINTAR DE MEMORIA


Hace ya casi cuarenta años que los Elevadores de Chapa fueron desguazados, pero los ojos de Perla Costanzi (nacida en Bahía Blanca, en 1935) los siguen viendo, sus manos casi que pueden tocarlos. Por eso los pintó. Porque para ella no son únicamente un motivo pintoresco: su padre Alfredo Costanzi fue maquinista e inspector de locomotoras en Ingeniero White, su casa de la infancia -entre 1944 y 1955- fue una de las colonias que el Ferrocarril Sud disponía para su personal junto al puente La Niña en las inmediaciones de estos elevadores, ella asistió a la escuela 21 del Bulevar junto a Ida Muhamed y Mario De Simón, y su marido, Marco Santolin, trabajó durante más de cuarenta años como soldador en los Talleres Bahía Blanca Noroeste. En White, Perla no solo aprendió dibujo con el pintor De la Mano, sino que tomó clases de piano, y de corte y confección. Como modista trabajó durante mas de 30 años. Y hoy todavía cose para sus amigas y sobrinas, toca el piano y pinta al óleo, aunque sus manos a veces estén un poco entumecidas por la artritis. Lo hace porque es su mejor manera de mantener viva su historia, la de este puerto, la de esta ciudad.

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