Fanny Maciel, una de las participantes del taller, se ofreció a reunir en un programa de diseño digital informaciones y conocimientos incorporados estos años de experiencias huerteras. Belén y Silvina acompañaron de cerca el proceso de trabajo y despejaron las dudas que surgieron en el devenir del invierno. El tiempo cíclico vio llegar a Carlitos Mux con nuevos diseños gráficos.
En un nuevo encuentro, ya entrada la primavera, pusimos en común los avances del planificador. Pensamos ideas de nombres, tonalidades de colores y modos simples de vincular íconos de verduras, con tipos de tareas y épocas del año.
Desde un punto de vista formal o estético,
nos gustaba la idea de imaginar círculos de diversos tamaños, colores y temas
colgados en las paredes del Prende. A la vez, esta forma se ligaba con “Darnos las manos”, el último 8M y el círculo que muestra los haceres y herramientas
que nos identifican a las mujeres del Prende; lo mismo, con el proyecto de
museografía mutante que emprendimos junto a la Fundación Williams para
convertir algunos espacios del taller en salas de muestras.
Un círculo, de personas que no se conocían, por el ejercicio de compartir modos de mirar y permeables a comprender las miradas del entorno, deja a disposición Un buen plan para accionar en diversos contextos:
Un buen plan ensambla nuestras experiencias huerteras
en la tierra y el clima whitenses.
Expresa una ecología de saberes populares y científicos
que fuimos aprendiendo desde que
iniciamos el proyecto de las huertas en el Prende de Ferrowhite.
Su forma es circular para dar cuenta de otras representaciones del tiempo.
Como sucede con las semillas que vemos brotar y nos dan el alimento,
el tiempo transcurre a través de ciclos de quietud
y movimiento, de nacimientos y muertes que vuelven a generar vida.
Una invitación para pasar de la productividad acelerada
a la calma de la autoproducción y la
soberanía de los alimentos.
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