Fuimos con Roberto Peñacorada, 71 años de vecino del barrio y 39 de ferroviario, a ver cómo quedó el paredón de los Talleres Bahía Blanca Noroeste abierto a la altura de calle Blandengues:
En ese momento estaban empezando a demoler lo que quedaba del Almacén Local (construido en 1978):
Parece que los galpones centrales tampoco se van a salvar. Ya desapareció el frente de la tornería:
Las construcciones, de última, no son más que eso que ve con avidez el vecino-bombero que nos acompaña, una magnifica cantera de ladrillos. Pero si se borran totalmente los edificios se va a borrar -como me dijo alguien para quien también estos talleres fueron parte fundamental de su vida- "la prueba del delito". Se va a borrar además la base material para la memoria y la identidad de la ciudad y el barrio, se van a perder definitivamente unos edificios que en otros lugares habrían conservado y refuncionalizado con materiales y diseños de última generación, en un predio inmenso, arbolado, céntrico. No solamente por los varios miles de ferroviarios obreros, técnicos, ingenieros que trabajaron durante más de cien años en este lugar, sino también por todos nosotros, habitantes de esta ciudad amnésica, a los que no nos queda otro remedio que seguir reconstruyendo estos talleres a través de la palabra y el testimonio de sus protagonistas.
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